FÓRMULA 1

Renault se juega su futuro

La escudería podría ser expulsada del campeonato si se demuestra la trama del accidente de Nelsinho Piquet.

El futuro de Renault en la Fórmula 1 se decide hoy ante el Consejo Mundial de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), que podría castigar duramente a la escudería, juzgada por un supuesto fraude en el Gran Premio de Singapur 2008. Si se demuestran los hechos, Renault F1, dos veces campeona del mundo de constructores, podría llegar a ser expulsada del campeonato, según el presidente de la FIA, Max Mosley. "El código lo prevé. Una expulsión de por vida. Se acabó, terminado. Es lo peor que podría pasar", comentó a mediados de septiembre.


El Consejo Mundial se lo pensará sin duda dos veces antes de expulsar a un constructor presente en la Fórmula 1 desde 1977 como escudería o proveedor de motores, laureado con dos títulos de campeón del mundo de constructores y otros dos de pilotos con el español Fernando Alonso. Más aún teniendo en cuenta que la Fórmula 1 ha perdido ya a Honda y va a perder a BMW, desanimados por los costes prohibitivos de la disciplina en plena crisis económica mundial.


El constructor francés podría ser sancionado con una multa muy importante, como ya le sucedió a McLaren-Mercedes, que tuvo que pagar 100 millones de euros en 2007 para haber espiado a Ferrari. Si se le impusiera ese tipo de sanción, el constructor Renault, que ha perdido 2.700 millones de euros en el primer trimestre de 2009, tendría grandes problemas para justificar ante sus accionistas su continuidad en la F1, ya que el presupuesto de la escudería se estima entre 200 y 300 millones de euros.


El caso se remonta al 28 de septiembre de 2008 en Singapur, cuando el segundo piloto de la escudería, el brasileño Nelsinho Piquet, provocó su propio accidente a petición de los dirigentes de su equipo, según sus propias palabras. "Flavio Briatore y Pat Symonds me pidieron que provocara deliberadamente un accidente para favorecer" a Alonso en Singapur, acusó Nelsinho Piquet, desatando el escándalo. "Symonds, en presencia de Briatore, me preguntó si estaba dispuesto a sacrificar mi carrera por el equipo causando la entrada del coche de seguridad", reveló el brasileño, al que la FIA garantizó su inmunidad a cambio de su testimonio. "En un mapa (Symonds) me mostró la curva concreta en la que debía tener el accidente", y "me dijo en qué vuelta exactamente tenía que hacerlo", contó el brasileño, cuyas acusaciones parecen confirmadas por los hechos.


Alonso, que salió 15º en Singapur, entró en boxes muy pronto, justo antes de que Nelsinho Piquet se empotrara contra un muro y la carrera tuviera que ser neutralizada. Detrás del 'safety car', Alonso adelantó después a todos los demás, que tuvieron que parar en boxes a su vez, y ganó la carrera. El asturiano aseguró ser ajeno a ese maquiavélico plan. Flavio Briatore, por su parte, se presentó como una "víctima" y, a título personal, denunció al clan Piquet por "chantaje con agravantes" el pasado 11 de septiembre. Pero Renault tardó apenas cinco días en anunciar la marcha de Briatore y de Symonds, además de asegurar que no negaría los hechos que se le reprochan.


Ahora está por ver si ese 'mea culpa' resulta: sin duda el cambio de estrategia de la firma francesa será del gusto de Max Mosley, enemistado con Briatore, pero la respuesta del Consejo Mundial es otra historia.