PRIMERA DIVISIÓN

La Liga, más allá del duopolio

Arrancada la Liga, la competición se divide entre los dos conjuntos que se disputan el título y el resto de equipos. Más allá de las superpotencias, el resto de clubes reúnen fuerzas para un campeonato que se espera muy disputado.

Las dos estrellas de Madrid y Barça
Radiografía del duopolio
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Un año más, la Liga presenta una realidad que, en cierta forma, desluce el atractivo global del campeonato. La superioridad económica, y por lo tanto competitiva, de las dos grandes superpotencias futbolísticas hace, en principio, inalcanzable el sueño del título a cualquier equipo que se posicione fuera de la dupla Barcelona-Real Madrid.


Solo ellos poseen la capacidad de sacudir el mercado y adquirir jugadores de gran relevancia mediática. Un supuesto que este verano se ha visto moderado, probablemente por el gran rendimiento de ambos clubes la pasada campaña, en la que lograron 99 y 96 puntos, respectivamente. Aun así, el fichaje más caro en Europa ha sido el de David Villa por el Barcelona, que rondó los 40 millones de euros. El resto de incorporaciones importantes, sin embargo, se han mostrado muy alejadas de las monstruosas inversiones que ilustraron la actividad estival durante otros cursos.


Situados en un segundo estrato, el de aquellos que tienen sus miras puestas en la obtención de una tercera o cuarta plaza que les otorgue el derecho a disputar la próxima edición de la Champions League, se encuentran conjuntos como Valencia, Sevilla, Atlético o Villarreal. Estos equipos han concentrado sus esfuerzos en la obtención de un bloque capaz de competir al más alto nivel soportando varios frentes a la vez.


Mientras que los valencianos se han visto obligados a desprenderse de sus dos mejores jugadores, Villa y Silva, los colchoneros han tratado por todos los medios de mantener a los suyos -Agüero y Forlán-. Para castellonenses y andaluces el panorama es diferente; no en vano, cimentan parte de su éxito en el fomento de la cantera y la búsqueda de jóvenes talentos, un espejo en el que ambos parecen mirarse.


La saturación de partidos en los equipos inmersos en más de una competición facilita el ascenso en la tabla a aquellos conjuntos que en principio han sido diseñados para cotas menores, tal y como ocurrió la pasada campaña con el Mallorca de Gregorio Manzano, que pujó por la cuarta plaza con el Sevilla hasta el último minuto de Liga. Un ejemplo que seguramente ha servido de motivación para varias escuadras de cara a esta temporada.


Es aquí donde más abunda la igualdad. Desde el Getafe, sexto clasificado la pasada campaña, hasta el Málaga, salvado en la última jornada y comprado este año por un millonario jeque árabe, es difícil calibrar el resultado que estos equipos obtendrán. Una lucha abierta que oscila desde los puestos de UEFA hasta el descenso. Tener un año tranquilo parece la consigna de los que se resignan a aceptar este escenario.


Parece el lugar del Zaragoza, así como el del Sporting, Racing, Espanyol, Osasuna o Almería. Equipos acostumbrados a codearse con el fantasma del descenso y que han hecho de la supervivencia su modus vivendi. Deportivo y Athletic, abonados a la zona templada, son conocedores del precio que les podría suponer un despiste, por lo que podrían entrar dentro de este ecléctico cajón.


Quedan fuera de toda previsión los recién ascendidos. Equipos con la salvación como premisa y la ilusión como principal aliada. Especialmente significativo parece el caso de la Real Sociedad, que empleó su estancia en el infierno de la Segunda para rejuvenecer su plantilla e instaurar una nueva filosofía de club. Ahora, los jóvenes donostiarras, complementados con el retorno de Joseba Llorente y la adquisición de Raúl Tamudo, lucharán por volver a abrir un hueco para el conjunto ‘txuri urdin’.


La estructura, sobre el papel, parece clara, aunque un año más, afortunadamente, será el balón el que finalice dictando la realidad.