ATLETISMO

Rápidos como el cierzo

La saltadora Ruth Beitia logra su mejor marca del año tras superar los 2.01 metros.

Ruth Beitia celebra su salto sobre 2.01, en el mitin de ayer en Zaragoza
Rápidos como el cierzo
CARLOS MONCÍN

El viento, que se había convertido en el principal quebradero de cabeza de los organizadores del evento durante la tarde del viernes, hizo finalmente acto de presencia en las pistas del Centro Aragonés del Deporte. La calidad de esta edición del Gran Premio 'Gobierno de Aragón' se presuponía observando el cartel de estrellas que iban a participar,pendientes de la evolución del tiempo. En el palco, disfrutaba de la prueba el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, junto al secretario de Estado Jaime Lizzavetsky.


Conforme la noche iba cayendo y las distintas pruebas se sucedían, Eolo, el dios del viento, comenzó a soplar con fuerza. Pero ni por esas pudo estropear la cita. Al menos, en lo que a espectáculo para el aficionado se refiere.


Sin duda, la mujer del evento fue la saltadora española Ruth Beitia, pese a que no pudo lograr su objetivo primigenio: batir el récord de España que ella misma había establecido previamente en 2.02 metros. Con una facilidad pasmosa, la atleta cántabra superó su mejor marca de la temporada, que estaba situada en dos metros, aunque erró en sus tres intentos en el 2.03. Aún así, la altura saltada por Beitia supone la tercera mejor marca mundial de la temporada reafirmándose así como una firme candidata a medalla en el próximo Mundial de Berlín.


En disco, otra de las competiciones marcadas en rojo para los aficionados, Mario Pestano y Frank Casañas desarrollaron una nueva batalla de su particular guerra por ser el mejor discóbolo nacional. Pese a que el canario había conseguido encabezar la prueba desde su segunda intentona, el atleta de origen cubano no se dio por rendido y en su último lanzamiento consiguió romper la barrera de los 66 metros. Pestano, que llevaba dos rondas sin lanzar, decidió arriesgar delante del público que le vio conseguir el récord de España hace cinco años pero no consiguió batir al vigente campeón mediterráneo que se llevó la victoria final.


Mayte Martínez, in extremis

En el mediofondo la protagonista absoluta fue Mayte Martínez. La que fuera medalla de bronce en los Mundiales de Osaka 2007 llegó a Zaragoza para competir en su prueba predilecta, los 800 metros lisos. En un fantástico final de carrera, la vallisoletana, que venía al mitin después de superar una lesión, superó a la cubana Zulia Calatayud cuando ésta parecía ya la ganadora. Sólo dos milésimas separaron a las dos corredoras. Un final tan apretado que hizo que los jueces tuvieran que desgastar el botón de rebobinado para poder adjudicar la victoria a una de ellas. Lo que sí pudo deslucir el viento fueron las pruebas de velocidad. O, mejor dicho, consiguió que las marcas no fueran computables como mínimas para las diferentes competiciones.


Aún así, las dos flechas que encabezaban el cartel de los 100 metros lisos: el portugués Francis Obikwelu, actual plusmarquista y campeón europeo, y el caribeño Derrick Atkins, subcampeón mundial en Osaka 2007, protagonizaron un intenso duelo que se resolvió por centésimas. La única decepción de la carrera fue el no poder ver al plusmarquista español Ángel David Rodríguez en la final junto a los más rápidos.


En mujeres, la norteamericana Gloria Asumnu, se impuso con meridiana claridad a la favorita de la prueba, su compatriota Tianna Madison. No en vano, Madison atesora en su currículum el haber sido campeona mundial de la modalidad en 2003 tanto en solitario como en los relevos de 4x100. Sin embargo, Asumnu fue la única capaz de finalizar el hectómetro por debajo de los 11 segundos.


En los 3.000 metros, la prueba que cerró la reunión, Jesús España, actual campeón de Europa de los 5.000, no pudo doblegar a la fuerza que mostró el keniata Josephat Menjo que paró el cronómetro en 7.44.15 minutos. Pese a una espectacular recta final en la que puso toda la carne en el asador, España quedó en segunda posición, a apenas unas centésimas del africano. Antes, cuando sonó la campana que avisa a los atletas que comienzan la última vuelta de la carrera, el extremeño Francisco Alves había dinamitado la prueba en un ataque suicida que le sirvió el tercer puesto. Eliseo Martín, que corrió en todo momento jadeado por el público que casi llenó la grada de las pistas del Áctur, quedó noveno.