REAL ZARAGOZA

Prieto y Herrera inician la reconstrucción

El director deportivo y el secretario técnico toman todo el protagonismo durante los próximos 90 días. De su labor depende en gran medida el éxito del equipo y del plan de Agapito.

Antonio Prieto acompaña a Gay en la rueda de prensa del pasado viernes. A la derecha, Pedro Herrera, que también asistió a la presentación.
Prieto y Herrera inician la reconstrucción
GALáN

Cronológicamente, llega ya la hora del área deportiva del Real Zaragoza. Metafóricamente, una hora muy larga, ya que va a durar más de 90 días, hasta que el mercado estival se cierre el último día de agosto. Una vez ha concluido el serial de reuniones, ruedas de prensa, entrevistas en cadena y presentaciones que los asesores de Agapito Iglesias convirtieron hace un mes en guión obligado para que la SAD diera muestras de vida y propósito de enmienda de cara al pantanoso futuro que le aguarda, toda la atención del zaragocismo se centra desde hoy en la reconstrucción del equipo de cara al curso que viene.

Aunque, realmente, Antonio Prieto y Pedro Herrera hace varias fechas que manejan el volante de las diversas operaciones que tiene activas en estos momentos el club zaragocista (de facto, nunca han soltado tal timón), su tiempo de máximo protagonismo ha quedado marcado en el calendario una vez fue confirmado Gay como entrenador de la campaña próxima.

Ya no queda nada en el aire. Ya no caben dudas, ni siquiera sobre ellos mismos, como por momentos quiso dejar entrever Agapito Iglesias en un discurso tan ambiguo como insustancial visto el resultado final de su veredicto.

Prieto y Herrera (orden jerárquico sobre el papel), Herrera y Prieto (orden basado en la veteranía y el verdadero peso específico de cada uno dentro de las decisiones definitivas que adopta Iglesias) son desde hoy dos hombres para un mismo destino. Como Robert Redford y Paul Newman, con un ritmo frenético de vida por delante que les advierte un verano caliente y sin descanso. Al límite en muchas de las decisiones que habrán de tomar. Saltando al vacío sin red, si es preciso, por el bien del Real Zaragoza, por ese futuro oscuro que, a través de su perspicacia y de su tino, Agapito quiere esclarecer en algo más de un lustro.

A fin de cuentas, la ecuación que explica el actual momento tiene doble sentido en su resultado. Del mismo modo que para salir del atolladero es condición obligada que Prieto y Herrera sean prácticamente infalibles en sus decisiones sobre el equipo, cabe deducir que los males del actual Real Zaragoza, esos por lo que se piden responsabilidades desde hace tiempo a Pedro Herrera, son consecuencia directa de los errores mayúsculos producidos en su política de fichajes y de diseño de plantillas anteriores que culminaron incluso con dos descensos en lo poco que va de siglo.

Agapito ha depositado de nuevo, por las causas que fueren, su confianza en Prieto y Herrera. Agapito estará junto a ellos durante estos tres largos meses para finiquitar cada gestión. Como el año pasado y el anterior. Gay, desde el viernes confirmado como entrenador, también irá de su mano. Agapito y Gay, uno por arriba y otro por abajo, aguardan con ansia cada gesto y cada sugerencia de Prieto y Herrera, los ingenieros-jefe (más que nunca) de esta obra en marcha que, desde hoy, ha de acelerar el ritmo de labor y que ha de entregar la certificación y las llaves el último día de agosto.

Un sinfín de operaciones

Los dos responsables del área deportiva del Real Zaragoza han de iniciar en breve las cuentas de un largo rosario de operaciones que tienen presentadas sobre la mesa.

Si importantes son siempre los fichajes (a partir de ahora, artesanía pura al salir Prieto y Herrera al mercado sin un euro en el bolsillo), mucho más van a serlo esta vez las salidas de la caseta blanquilla. Ambos ejecutivos tienen el mandato de rebajar el coste de la plantilla, de encontrar salida para jugadores que sobrepasan el nuevo tope salarial del club (un millón) y de hallar destino a otros que puedan dejar un beneficio de 8 millones en las arcas del club al final del verano (así reza el plan de viabilidad en uno de sus epígrafes más sustanciales). Con estos objetivos, Prieto y Herrera han de lidiar con la inmensa mayoría de los futbolistas del actual plantel (y con sus representantes y agentes, por supuesto).

Deben buscar acomodo a los Songo'o, Braulio, De Barros (los tres cedidos que volverán para no quedarse), Pavón, Babic, Pennant y, muy probablemente, a Pablo Amo, Paredes y Jorge López. Han de gestionar la rebaja salarial de los Diogo, Gabi, Arizmendi y Uche o, en su defecto, también su marcha.

También han de valorar o incentivar las posibles ofertas que puedan llegar por Obradovic, Lafita y Ander Herrera, los jugadores que más fácilmente pueden traer el dinero necesario a las arcas de la SAD (peliagudo siempre el asunto de Ander por su especial vinculación con el secretario técnico).

Y, por supuesto, deben intentar cerrar la permanencia en el equipo de los Contini, Roberto, Colunga o Eliseu (los cedidos de enero) y, como objetivo aún sin rostros ni nombres definidos, contratar al menos dos porteros, dos delanteros, dos interiores, un lateral y un centrocampista organizador.