CAI ZARAGOZA

Premio a la fe (67- 71)

En un espectacular y apretado final de partido, el CAI se llevó el triunfo en la cancha del Ricoh Manresa. Fue una victoria enorme incluso a pesar de la ausencia del nuevo pivot Loren Woods, fichado hace solo unos días, que se perdió el partido por lesión.

Rodrigo San Miguel defiende a Green
Premio a la fe (67- 71)
JUAN CARLOS ARCOS

Vaya cambio tan radical el del CAI Zaragoza en apenas dos semanas. De ser un equipo casi hundido que no era capaz de ganar en ninguna cancha a ser un firme creyente en sus posibilidades, a vencer incluso sin su último fichaje Loren Woods, capaz de remontar diez puntos en contra en cinco minutos sobre el parquet de una cancha como la del Nou Congost. Si la victoria ante el Vive Menorca fue el fiel reflejo de un conjunto calculador, que sabe qué encuentros debe vencer para permanecer en la elite, el de ayer en Manresa fue el premio a la fe rojilla. Ya lo dijo Alberto Angulo en una de sus comparecencias: "El triunfo nos da confianza para mantenernos en los partidos aún cuando se pongan complicados". Así fue. El CAI ahora se aferra a la pista y contra viento y marea fue capaz de derrotar a los catalanes y sumar en una jornada muy peligrosa en la que tres de sus rivales directos también consiguieron importantes éxitos. El bloque zaragozano cree y esa fe tiene su recompensa.


Tenían razón todos aquellos que afirmaban con rotundidad que el CAI solo necesitaba una victoria para sacar la cabeza del agua. Ayer hasta el presidente Reynaldo Benito (en Manresa junto a su predecesor Javier Loriente, otros consejeros como Emilio Garcés y Agustín Lalaguna, y el director general Alberto García Chápuli) se lamentaba de la lesión de Woods antes de empezar pero hacía gestos de confianza en la plantilla y en una victoria que iba a costar lo suyo. El abrazo que le dio a Alberto Angulo en los pasillos del pabellón un rato después le daba la razón.


Desde luego el paso firme hacia la permanencia está dado. Las cuentas decían que con ganar a los rivales directos (Bruesa, Cajasol y CB Murcia) en el Príncipe Felipe podía ser suficiente, pero la sorpresa dada en Manresa permite respirar y confiar aún más en alcanzar el objetivo. Y eso que guipuzcoanos, sevillanos y menorquines saldaron la jornada con triunfos.


Pero con el carácter demostrado ayer no sería necesario hacer esas cuentas, puesto que con ese trabajo colectivo, esa capacidad de reacción y esa garra mostrada ante el Ricoh los resultados seguirán llegando. Incluso más cuando se recupere 'Lo'.


Lo más destacado de un domingo de éxito fue que los protagonistas eran conscientes de que se podía vencer a domicilio. Ni la lesión del pívot americano les apartó de ese pensamiento. O quizá merced a ella se crecieron como equipo para imponerse a los catalanes. Garcés trató a su manera de que no se notara la baja de Woods y sus compañeros asumieron la responsabilidad de sumar en bloque. Hasta cinco jugadores terminaron por encima de diez puntos. Curiosamente fue el quinteto titular, el mismo que ya había anotado al completo cuando por el Manresa solo lo había hecho un gran Asselin.


Angulo volvía a tener razón. La llegada de Woods hizo cambiar al equipo, pero sobre todo anímicamente. Y ayer en la rueda de prensa posterior al partido insistió en que "la aportación de Loren (Woods) es muy importante para nosotros y más porque el equipo es consciente de que conseguir el objetivo depende del resto".


Sin el pívot y con el esfuerzo colectivo por bandera el CAI mandó durante muchos minutos en el Nou Congost. Pero esta vez demostró algo mucho más vital cuando luchas por sobrevivir en la elite: reaccionar a pesar de que las cosas se pongan complicadas.


En un encuentro loco como pocos, el equipo rojillo se plantó a cinco minutos del final diez puntos abajo (60-50). Y no solo fue capaz de compensarlo a base de trabajo atrás y acierto en ataque sino que el parcial fue un espectacular 0-17 que colocó a los zaragozanos con siete puntos de renta que tras mucho sufrimiento fueron suficientes para imponerse al cuadro de Jaume Ponsarnau.


Hace unas semanas hubiera sido impensable que los aragoneses dieran la vuelta a un choque así. Al revés, lo normal es que se dejaran llevar y el varapalo fuera aún mayor. Sin embargo, la fe es lo que tiene. El CAI cree de nuevo en su entrega, en su saber hacer y no se rinde a pesar de las adversidades.


No se conforman


Sin dejar de sorprender, la plantilla zaragozana ofreció otro detalle de grandeza y de profesionalidad. No se conforman, todos quieren más. Nada más concluir la cita ante el Ricoh los jugadores destacaron la importancia del triunfo y señalaron lo vital de seguir en esta línea de trabajo para continuar sumando éxitos, empezando por uno ante su próximo rival, un complicadísimo Unicaja.


Pero vistas las creencias rojillas ya no se puede descartar nada. En otra época lo de ayer hubiera sido ver para creer, pero actualmente ya es una realidad y hay que disfrutarla. Eso sí, pasar rápidamente página y centrarse en el siguiente envite. Angulo aseguraba poco antes de retomar viaje de vuelta a Zaragoza que lo más complicado pero a la vez fundamental es mantener viva esa llama los lunes o los martes en la vuelta al trabajo en los entrenamientos. Pero a la vez esta dinámica positiva tiene efecto dominó, posee una continuidad y las alegrías generan más confianza y esa moral son argumentos para volver a alcanzar triunfos.


Todo estaba negro y por fin se ha visto la luz. El CAI recuperó la fe y con ella los merecidos premios.