REAL ZARAGOZA

Por fuerza, en sus manos

Sinama-Pongolle y Marco Pérez, ambos en el ojo del huracán de las críticas, van a ser los dos únicos delanteros útiles para Gay al menos hasta enero. No se contemplan alternativas por lo que urge su reacción personal.

Sinama-Pongolle.
Por fuerza, en sus manos
TONI GALáN/A PHOTO AGENCY

Da igual que Sinama-Pongolle y Marco Pérez estén en el ojo del huracán de las críticas de la afición y puestos en evidencia por su bajo rendimiento y escasa solvencia anotadora en el arranque de la Liga. Da lo mismo que arrecien los lamentos porque, en cuatro de los cinco partidos disputados, el Real Zaragoza haya sido incapaz de anotar un solo gol. En estos momentos, con octubre a punto de estrenarse, no va a tener ningún efecto relevante señalar a estos dos futbolistas como el origen de los males que agobian al cuadro zaragocista en la clasificación por su ceguera ante las porterías.


Por fuerza, sin otro remedio, ambos van a seguir jugando en la vanguardia del Real Zaragoza. Son los únicos delanteros de este grupo que Agapito, Prieto y Herrera han construido durante el verano y han entregado a Gay y sus colaboradores para que sean capaces de mantener la categoría allá por mayo. Sinama y Pérez están destinados a ser los estandartes ofensivos del equipo al menos hasta enero, cuando vuelva a abrirse el mercado de fichajes y Agapito intente diseñar un plan de desesperada urgencia para hallar en cualquier confín otro punta goleador que pueda y quiera venir aquí.


José Aurelio Gay, el entrenador zaragocista, no contempla ninguna alternativa diferente al puesto. Cada fin de semana, cada partido, el delantero centro del equipo será bien Sinama, bien Pérez. Uno de los dos en el inicio (el sistema táctico del 4-2-3-1 sigue siendo el de cabecera en la pizarra del preparador madrileño) o, como sucedió en la segunda mitad el pasado sábado en el Calderón, los dos juntos como recurso de emergencia si el resultado es adverso (el 4-4-2 es el dibujo estratégico alternativo al favorito de Gay, eso sí, solo en circunstancias de máximo aprieto).


Después de intentar consumar durante los tres meses y medio de verano más de una docena de romances con otros tantos goleadores mundiales de cierta talla, al final la plantilla se cerró con el colombiano y el francés como 'nueves' específicos. El sudamericano como una apuesta y el galo como el veterano con cierto currículum que, muy a última hora y contrarreloj, viene con galones de titular.


Gay, en su recortado elenco de piezas, no tiene (o no considera tener) más hombres que puedan desempeñar el papel de referentes en la delantera dentro de su esquema táctico. Ni Braulio -curiosa su situación-, ni Lafita, ni Boutahar, ni Herrera, ni Bertolo. Ninguno responde con exactitud al perfil de 'nueve' que el técnico pide a su atacante. No van a llevarse a cabo forzamientos en la figura de ningún media punta o interior con marcada vocación ofensiva.


Para Gay, un ariete es un ariete y, hoy por hoy, solo Sinama-Pongolle y Marco Pérez tienen ese título entre la veintena de componentes del Real Zaragoza 2010-11. Tampoco en el filial vislumbra Gay a ningún joven al que dar la alternativa. La experiencia de Alex el año pasado (llegó a participar en tres partidos en Primera División) no va a repetirse salvo que las circunstancias adversas sean de dimensiones catastróficas.


Por lo tanto, Sinama-Pongolle y Marco Pérez van a tener que afinar al máximo y con suma urgencia su puntería. El gol del Real Zaragoza está en sus manos -mejor, en sus pies y sus cabezas- y no deben de caer jamás en la desesperación, la desmoralización o el vértigo. El francés y el colombiano, el veterano y el pipiolo, no tienen más remedio que asumir que sus primeras apariciones con la camiseta zaragocista han llenado de desencanto a la afición, a todo el mundo dentro y fuera del club. Y están obligados a tragar quina, a aguantar el aluvión de reproches que les espera y a ser capaces de reconducir su situación personal a base de goles y buen juego.


No tienen otra opción que ser fuertes y venirse arriba moralmente. El Real Zaragoza, Gay y sus compañeros los necesitan. O ellos, o la nada. Así están las cosas.