CAI ZARAGOZA 83- VIVEMENORCA 70

Por fin, una fiesta

Jugada del partido ante el equipo balear
Por fin, una fiesta
EFE

Qué enorme alivio. Por fin se vivió una fiesta en el Príncipe Felipe después de mucho tiempo, una en la que todo el entorno del CAI fue partícipe, en la que los jugadores lo dieron todo sobre el parquet, en la que la afición se desgañitó desde sus localidades, en la que equipo y grada fueron uno para derrotar a un rival directo como el Vive Menorca.

 

Era la primera final de las cuatro que tienen que disputar los de Angulo a orillas del Ebro y la sacaron adelante con esfuerzo, garra y, especialmente, gracias a la colaboración del debutante Loren Woods. El pívot, un cinco nato, acabó con dobles figuras, pero la clave no está en lo que aporta individualmente sino en lo que genera con su presencia.

 

Espacios y ventajas para sus compañeros, experiencia, intimidación, rebotes, seguridad para los tiradores... El CAI ha dado con la pieza del puzzle que le faltaba y suma un triunfo vital en una mañana en la que la plantilla sí que transmitió buenas sensaciones, se complementó con sus seguidores y en la que resurgió un motivadísimo Darren Phillip.

 

La victoria fue el pastel, pero la guinda tendrá que llegar con la salvación, y para ello la fiesta debe ser permanente jugando de local. Ya lo dijo el propio Angulo. Que la fiesta continúe.


Y eso que el arranque no fue el esperado. Un mate de Otegui nada más comenzar dejaba helado un pabellón que presenciaba atónito como la mayor seriedad de los de Imbroda y las precipitaciones rojillas deparaban un preocupante 5-11 que obligaba a pedir un rápido tiempo muerto.

 

Ambos contendientes buscaron la sorpresa. El CAI presionando tras canasta y los baleares con defensas zonales cuando los locales sacaban de banda o fondo. Pero la mayor sorpresa ya era Woods. El pívot dejó muy claro desde el inicio que entiende el baloncesto, que sabe mandar, colocarse y buscar lo mejor para el colectivo.


Además, cuando salió Victoriano y comenzó a conectar con él los guarismos del electrónico se fueron invirtiendo hasta que un robo y bandeja de Guerra colocaba al CAI por delante. Cuánto tiempo sin verlo.

Woods intimidaba, pero los que no se iban a dejar intimidar eran los árbitros , unos colegiados discutidos por unos y otros, pero que optaron por pitar casi cualquier mínimo contacto. Uno de los primeros damnificados fue un Zizic que volvió a mostrar sus enormes cualidades hasta que la tercera falta lo llevó al banco.


El Vive Menorca seguía muy serio, con un Jeter eléctrico y un Stojic que asumió la responsabilidad muchos minutos. Pero el CAI no iba a quedarse descolgado. De la mano de los rebotes del último fichaje y las innumerables faltas que sacaba Quinteros, que ayer además de anotar asistió con destreza, la igualdad no se rompía.


Solo un parcial de faltas muy favorable a los de Angulo (0-6 nada más volver del descanso) permitió una renta favorable a los locales. Eso, y una mayor calma de Green al organizar los ataques y la aparición de un Lescano que sigue siendo el alma mater del grupo con sus robos de balón, su entrega y sus canastas en momentos cruciales. La afición así se lo reconoció.


Pero los isleños no se iban a rendir y apretaron las cosas de la mano del francotirador Bazdaric, bastante desaparecido hasta entonces. No iba a ser suficiente para frenar a un CAI en el que se recuperaron gestos que tanto gustan como la lucha por un balón imposible, el compañerismo entre los componentes de la plantilla o la elocuente celebración de una buena acción. Eso mete más al público en el partido y acaba por decantar la balanza junto a la agresividad defensiva presente toda la mañana.


Aunque en realidad, el que acabó por dejar el triunfo en Zaragoza fue un estelar Darren Phillip. Su último cuarto fue para enmarcar. Sacó un par de jugadas de canasta y falta, esas que tanto le gustan a su entrenador, logró valiosos rebotes ofensivos, levantó a los espectadores de sus asientos e hizo buenos los inteligentes pases de Quinteros. El CAI creció hasta para serenarse tras el último arreón balear que se quedó en nada con buenas defensas y acierto en los libres. Por fin, una fiesta rojilla, y una invitación para las que pueden venir.