REAL ZARAGOZA

Penúltimas maniobras

El Real Zaragoza vuelve a Soria 15 días después, esta vez para enfrentarse al Numancia en su octavo amistoso.

Los jugadores del Real Zaragoza, durante los estiramientos del final del entrenamiento de ayer en la Ciudad Deportiva.
Penúltimas maniobras
TONI GALáN/A PHOTO AGENCY

Navaleno, Calatayud, Alavés, Osasuna, Wigan, Tenerife, Villarreal y, esta noche, Numancia. A las 20.30, en el estadio de Los Pajaritos de Soria, el Real Zaragoza juega su octavo amistoso de verano, circunstancia que, por sí sola, nos indica que ya estamos en la recta final de la pretemporada. La tropa de Gay lleva a cabo hoy sus penúltimas maniobras ante un rival de Segunda División, el hermano club numantino, que como cada agosto desde hace más de un lustro, se presenta oficialmente ante su hinchada en este partido frente al Zaragoza.


Será la segunda vez que el equipo blanquillo ensaye con fuego real este verano en campo soriano. Hace 15 días ya viajó a Los Pajaritos para medir fuerzas y progresiones con el Osasuna, aquel duelo improvisado al venirse abajo la gira por Chile que se pactó en el neutral campo castellano. De entonces a ahora, poco ha cambiado morfológicamente en las filas zaragocistas. Tan solo la figura de Nico Bertolo supone novedad. Es un dato que, sin más explicación, define el ralentizado ritmo que preside el proceso evolutivo de la plantilla aragonesa. Algo normal y esperado en medio de la crisis general del mundo, de los tremendos agobios financieros propios y de las dificultades que engendra acudir al mercado con telarañas en el monedero.


A Gay solo le quedan, pues, dos bolos para afinar sus armas. El de hoy en Soria y el de dentro de siete días en Vigo, contra otro rival de Segunda, el histórico Celta. Ése es precisamente el importante valor que tiene el choque de esta noche. Es la penúltima oportunidad, antes del comienzo de la Liga en La Coruña, de ensayar cosas en serio, con adversarios vestidos con otro uniforme enfrente.


Al técnico le hubiera gustado, claro, haber tenido a estas alturas a ese defensa polivalente que sigue anhelando, a ese centrocampista dinámico con el que sueña desde junio y a ese delantero goleador que supla la baja desgraciada del lesionado Uche, pieza que se antoja indispensable para todo el mundo viendo el perfil de la vanguardia en estos momentos. Pero no va a poder ser. E, incluso, habrá que poner en cuarentena que alguno de esos hipotéticos refuerzos lleguen a tiempo de engranarse en el equipo en el último amistoso de la semana que viene en Galicia. Son las cuitas habituales en las últimas pretemporadas zaragocistas, llenas de líos, de salidas que no se producen, de futbolistas apartados (explícitos o 'light') que ponen complicadas las cosas, de operaciones más o menos rocambolescas que se dilatan en el tiempo, se tuercen de mala manera o se pierden en el limbo ante la falta de definición.


Por todo ello, el Real Zaragoza termina hoy su quinta semana de preparación veraniega casi con lo puesto, con la misma fachada de los albores de la canícula. Veremos a Doblas y Leo Franco vestidos de porteros (dos de los fichajes, estos forzados a hacer al inicio de julio por motivos obvios: el puesto estaba vacío); al ariete Marco Pérez intentando progresar en vanguardia junto al reconsiderado Braulio; y al interior Bertolo en su tercera salida a tablas para perfeccionar su sintonía con el grupo tras su aterrizaje desde Palermo. Ellos son las caras nuevas por ahora. El resto, los viejos conocidos acompañados por los muchachos del filial que siguen en fase de aspirantazgo. Al menos, la imagen y los resultados del equipo portan luces de esperanza. Que siga todo así.