GRAN CANARIA 2014 83 - CAI ZARAGOZA 61

'Pajarón' en Canarias

El CAI se hundió inesperadamente tras el descanso y fue vapuleado por el Gran Canaria. Los de Abós, dignos al inicio, perdieron toda su intensidad, se descentraron y sufrieron la segunda derrota seguida de la competición.

Pablo Aguilar trata de frenar a Taurean Green.
'Pajarón' en Canarias
ÁNGEL MEDINA G./EFE

En Canarias lo lógico sería encontrar canarios, pero ayer lo que sufrió el CAI Zaragoza fue un auténtico 'pajarón'. Aprovechando el simil ciclista, el conjunto aragonés mantuvo el tipo durante la primera mitad, fue al ritmo de los mejores, llegó a mandar en el marcador con buenos minutos de baloncesto, pero tras el descanso sufrió una transformación letal. Los de Abós perdieron toda la intensidad y agresividad del arranque, el técnico aragonés se desesperó, cambió a todo el equipo y eso aún agudizó más los problemas. Con 20 abajo y la moral por los suelos los rojillos sufrieron su segunda derrota consecutiva en la ACB. Y esta es de las que duelen.Qué diferencia tan abismal existe entre el CAI de su quinteto titular con el que hay en cancha cuando llegan las rotaciones. Son dos equipos totalmente distintos y eso provoca que el cuadro de Abós sólo funcione a bandazos. El que inicia los encuentros sale intenso, agresivo, con voluntad de correr y de jugar bien al baloncesto. Eso se vivió anoche en el cuarto inicial. Con un único 'pero', la defensa sobre el francotirador Jaycee Carroll. El técnico zaragozano optó por que fuera Van Rossom el que tratara de secarlo y colocó a Quinteros con un conocido Taurean Green. Y no salió bien, ya que el primer ataque canario llegó a las manos del americano local y 'enchufó' su primer triple. Hasta tres metió en ese primer parcial, momento en el que por fin se dejó la defensa habitual del escolta con el escolta.

A pesar de ese lunar el CAI proponía un buen juego. Se buscaban muchos balones interiores a un motivado Rafael Hettsheimeir que o bien los jugaba él o los cedía en el clásico dentro-fuera. Las opciones de ataque con los titulares son múltiples y si en la pintura se vuelca la defensa amarilla pues el balón sale para que Aguilar anote un par de triples y logre la primera renta rojilla en el duelo (8-11).

El problema de tener enfrente a un 'killer' como Carroll es que si le cedes un solo metro te la lía. Su acierto exterior, casi el único argumento ofensivo de los de Pedro Martínez, volteaba de nuevo el marcador.

Precisamente, variedad de argumentos es lo que tiene Abós con los titulares en cancha. Así, Hettsheimeir se mostraba más duro que Savané y Paolo le buscaba las cosquillas a Carroll con el balón en las manos buscando penetraciones. Si a eso se le añaden buenas defensas visitantes, el resultado es que el CAI volvía a ofrecer una buena versión y mandaba en una complicadísima cancha.

Pero las rotaciones trastocaron todo un poco. La entrada de un flojo y ansioso Riera deparó varias péridas. El equipo se descentró, llegó a 'comerse' alguna posesión, Chubb y Phillip no cerraban el rebote como antes... Y otro vaivén en el electrónico.

Así es difícil dominar porque se está continuamente remando para salir de los bajones previos. Porque Abós volvió a colocar a los titulares en cancha y el duelo ya se había convertido en un peligroso correcalles que no interesaba para nada a los rojillos. Eso sí, no se perdía la cara al partido, con desventajas en torno a los seis u ocho puntos, pero ya se intuía algo malo. Por cierto, vaya susto cuando Hettsheimeir se tuvo que retirar con dolor en el tobillo. Afortunadamente no fue a más.

Pero el drama se vivió en la reanudación. Un mal arranque de los titulares los colocó doce abajo y el cabreo de Abós fue tal que pidió tiempo muerto y quitó rápidamente a cuatro de ellos. El equipo se descentró, no reaccionó, apenas hacía algo a derechas y eso fue aprovechado por el cuadro insular para rematar la faena.

La defensa había desaparecido, el orden ofensivo brillaba por su ausencia y cada uno hacía la guerra por su cuentay el desastre se fue materializando. La desventaja zaragozana fue de 15 abajo a 17 y después a 21. El CAI estaba totalmente muerto en apenas unos minutos. El 'pajarón' fue de los que hacen época.

Mediado el tercer cuarto, aunque parezca mentira, el encuentro estaba totalmente decidido. Ya no había nada qeu hacer mientras el público (esta vez no se oyó el "pío, pío, pero tampoco hizo falta) celebraba el triunfo de los suyos.

El tropiezo de los rojillos, el segundo en dos partidos, deja un muy mal sabor de boca por la forma en que se produjo, Y habrá que remediarlo rápidamente para no entrar en una espiral negativa. Porque si ante Unicaja las sensaciones fueron buenas, anoche en Las Palmas no fue así. De hecho, se vivieron unos minutos ciertamente preocupantes que conviene repasar y no repetir.