REAL ZARAGOZA

Noviembre agridulce

Con la visita del Sporting de Gijón, el Real Zaragoza comienza un mes que se presume harto complicado. De fondo, la visita al Camp Nou recomienda la victoria este domingo.

Entrenamiento del Real Zaragoza en la ciudad deportiva
Noviembre agridulce
ASIER ALCORTA

Recién empieza noviembre y el Real Zaragoza se encuentra con su cita clave del mes. A priori, y siempre sobre el papel, la visita del Sporting de Gijón se presume como el partido más asequible de los tres programados en el calendario liguero. Una lista de compromisos que se incluye el siempre incómodo viaje al Camp Nou y el choque ante el Sevilla de Marcelino en La Romareda como remate.


En la plantilla zaragocista son conscientes de los próximos compromisos que tienen por delante. Así lo afirmaban Roberto y Luis García esta semana en sala de prensa. Dos pesos pesados del conjunto aragonés que señalaban la importancia de conseguir un buen resultado ante los asturianos para afrontar con mayor tranquilidad todo lo que viene detrás. “Ir puntuando con regularidad es lo que da estabilidad al equipo”, expresaba el portero al respecto.


Aunque no todo versa sobre hacer granero. Las tres derrotas consecutivas sufridas han marcado de manera profunda la actualidad zaragocista, generando una herida que deber ser suturada en forma de buen resultado.


Tras recibir las primeras críticas del curso, la plantilla zaragocista está deseando encarar un nuevo choque que restablezca la confianza perdida. Convencer a su público, y a sí mismos, del potencial real de un equipo construido con la ambición de poseer una temporada tranquila. Las condiciones, jugar en casa y ante un rival de los considerados directos en la lucha por la salvación, parecen las idóneas para lograr la ansiada redención.


Evidentemente, vencer al cuadro gijonés no es una empresa sencilla, como todas las que se han de afrontar en Primera División. Sin embargo, la de los rojiblancos se encuentra agravada por las circunstancias específicas en las que se han de desarrollar el choque. Además de los fantasmas propios que arrastra el cuadro dirigido por Javier Aguirre, tales como la falta de confianza en la defensa del juego aéreo o la pérdida de una identidad reconocible, los rojiblancos llegan en plena dinámica ascendente. Dos victorias y un empate en la última semana ha vuelto a impregnar de confianza a un equipo que comenzó mal la temporada.


Además, los asturianos no estarán solos en la capital aragonesa. Desde su federación de peñas han anunciado el viaje de más de 2.000 seguidores que harán de un trocito de La Romareda su particular Molinón. Una minoría en la totalidad del estadio municipal que, sin embargo, a buen seguro sirve para activar los deseos de sus jugadores por ofrecerles un resultado positivo

Nuevo parón


Tras el partido, la competición liguera volverá a realizar un parón para dar paso al fútbol de selecciones. Anímicamente, parece importante llegar al alto tras un triunfo que permita pasar las dos semanas de pausa en un clima positivo.


Y es que el descanso, aquellos que no tengan que acudir a ningún tipo de compromiso internacional, solo se puede lograr partiendo de la paz interior. Esa que dan las victorias y la buena imagen sobre el verde. La que puede hacer de un noviembre complicado un mes algo más agradable de pasar.