HIMALAYISMO

Oiarzabal : "Nos han dado palos y solo tratábamos de salvar a Tolo"

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Juanito Oiarzabal atiende a los medios de comunicación en su cama de la MAZ, ayer.
Oiarzabal : "Nos han dado palos y solo tratábamos de salvar a Tolo"
OLIVER DUCH

Dolorido por fuera, pero, sobre todo, por dentro. Así llegó ayer Juanito Oiarzabal a la Mutua de Accidentes de Zaragoza (MAZ) donde el doctor Arregui le realizó las pruebas habituales tras sus expediciones. El montañero vasco, con rostro muy serio, ofreció su versión de todo lo sucedido en el Annapurna y se mostró incrédulo por la polémica surgida a raiz de su propuesta económica a los sherpas de Miss Oh. Oiarzabal mantiene que ellos eran los únicos capaces de llegar hasta Tolo Calafat y que tanto él como Carlos Pauner solo quisieron ayudar a su compañero de cualquier manera.A su llegada a España le ha sorprendido "absolutamente todo". Lo primero que quiso decir fue que "en ningún momento he acusado a nadie, faltaría más. Los últimos 30 años de mi vida han estado vinculados al Himalaya, continuamente trabajando con sherpas y no tengo nada contra ellos, todo lo contrario. Lo que comenté en su momento, cuando estaba en el campo 4, es que las únicas personas que podían hacer algo por intentar salvar la vida de Tolo eran los sherpas de la coreana Miss Oh. Cuando uno está en caliente intenta hacer todo lo posible por salvar la vida de su compañero y se agarra a un clavo ardiendo. En aquel momento así lo hice. La coreana me dijo que estaban muy cansados, los sherpas no querían ir, y tampoco hay que darle más polémica a esto". Y añadió: "Si Carlos o yo hubiéramos tenido fuerzas para subir hasta Tolo lo habríamos hecho. Pero no pudo ser".

A Juanito le ha llamado la atención todo lo ocurrido, aunque reconoce que "me pierde la boca, la manera de expresarme, pero no he tenido intención de que nadie se sintiera mal". Y es que la muerte de Tolo les ha dejado 'tocados': "Lo que hemos sentido y padecido allí arriba ha sido muy duro".

El montañero vasco insiste en que no era su intención el "crear esa polémica" y explicó lo acaecido tras llegar al campo 4: "Estás a 7.000 metros, has bajado de la cumbre agotado, deshidratado, congelado, y con una preocupación continua de que tu compañero no baja. Nada más amanecer nos acercamos a la tienda de Miss Oh para pedirle ayuda (contaba con siete sherpas y tres o cuatro de reserva en el campo 3). Ella intentó hablar con los porteadores y ellos dijeron que no. El ofrecerles dinero fue algo espontáneo y natural. Es verdad que todo el mundo se juega la vida, también los sherpas, pero ellos tienen un plus añadido al que podamos tener nosotros, ellos tenían esa capacidad para subir esos metros e intentar echarle una mano a Tolo, y no quisieron". Por eso no le entra en la cabeza que "se me juzgue con que si mandábamos a la muerte a unos sherpas, de ser explotadores o xenófobos. Estoy perplejo, solo tratábamos de ayudar a nuestro compañero".

No consiguió esa ayuda y por eso le recriminó a la coreana. "Me parecía mal lo que estaba haciendo y punto. No quiero ningún enfrentamiento con ella y desde aquí le pido disculpas si la ofendí, que seguramente lo hice, pero mi intención era salvar a Tolo".

A su vuelta a casa, "hasta mis propios compañeros, mis amigos, me están dando palos por unas declaraciones y sigo todavía sin entenderlo. Yo muchas veces hablo demasiado pero lo que he comprobado es que esto se está pareciendo a un circo, a un 'reality' televisivo cada vez que ocurre un accidente mortal. No llego a entender por qué se me juzga y se me dan tortazos por todos los lados cuando lo único que quise fue intentar salvar la vida de Tolo. Hay mucha gente que opina y no tiene ni idea". De hecho, Oiarzabal se siente "casi como culpable, pero no sé de qué".

"Más no se pudo hacer", exclamó. A Pauner, quien regresa hoy, lo dejó "afectado, lo mismo que Javier (Pérez). Fueron dos días muy duros. Nos llegaban informaciones desde el campo base de que Tolo constantemente estaba pidiendo ayuda y no pudimos dársela".

Y en defensa de las críticas recibidas desde Baleares matizó que su relación con Tolo, con Carlos o con Javier "es exclusivamente profesional. Yo no tengo vínculos ni de amistad ni de cariño. Él tenía la suficiente experiencia como para saber tomar sus propias decisiones y el que tiene la última palabra para decir 'me doy la vuelta' es la propia persona".

Además, no lo habían visto débil. Menos suelto técnicamente que el resto en la bajada, pero poco más. Sin embargo, se quedó rezagado, le esperaron y ya no apareció. "Se le acabó la gasolina y se paró", dijo un Juanito triste por dentro. Por fuera, alguna infección y principio de congelación en los pies y la nariz, como aseguró Arregui. Algo que no le impedirá seguir con su proyecto de volver a subir todos los ochomiles. Eso sí, asume que la montaña "no compensa". Duras palabras de quien tanto la ama.