CAI ZARAGOZA

No se puede fallar

Tras el bochorno de Manresa, el CAI está obligado a reaccionar en Alicante, puesto que encadenar su tercera derrota consecutiva sería demasiado peligroso para los rojillos

Pablo Aguilar machaca el aro en un partido de esta temporad
No se puede fallar
A. ARáNZAZU NAVARRO

Algunos le restarán importancia para quitarse presión y otros insistirán en que queda mucho camino por recorrer, pero el CAI Zaragoza se ha quedado sin margen de error. Hasta los propios jugadores lo reconocían a lo largo de esta semana. Y es que el bochorno sufrido en la pista del Assignia Manresa hace siete días, unido a la derrota previa ante el Bizkaia Bilbao Basket, coloca al equipo de Abós en una situación en la que no puede fallar. Los rojillos visitan a otro rival directo, un Meridiano Alicante al alza desde que fichara a Txus Vidorreta para el banquillo y a Hasbrouck y Rancik para la cancha. Sus dinámicas son completamente opuestas. Los locales van a más y el CAI va cada vez a menos, con lo que está obligado a reaccionar ya. El tercer tropiezo consecutivo empezaría ser una losa demasiado pesada teniendo en cuenta el calendario que viene. Además, es urgente el lavar la desastrosa imagen de Manresa. La victoria es más necesaria que nunca y no hay excusa que valga si el equipo zaragozano tiene que dar la talla en esta ACB debe ser desde hoy mismo. No se puede fallar.

Y el partido es de los complicados. Quizá no por la entidad del rival, con quien se peleará a lo largo de toda la campaña por evitar el descenso, sino por lo que valen estos resultados. No es lo mismo ganar en el Palau que hacerlo en la cancha de un rival directo. Lo de Barcelona fue bonito, muy bonito, pero los éxitos que realmente te llevan a la salvación son los que se logran en pistas como la alicantina.


Por eso la misión no sólo tiene que ser posible sino que es obligatoria. Un tercer tropiezo seguido haría tambalear los cimientos de este proyecto rojillo en la elite. Porque una semana después de hacer el ridículo en la cancha de otro de los de abajo hay que ofrecer tu mejor versión. El CAI tiene que salir a morder y a comerse hoy (12.15, Aragón Televisión) al Meridiano Alicante.


Luego el acierto llegará o no, pero la actitud de los rojillos ha de ser la del último encuentro en casa. La entrega debe de ser máxima, la lucha continua y el derroche de energías, total. Así, y sólo así el cuadro aragonés asegurará un triunfo vital.

El trabajo realizado a lo largo de los últimos días en el Príncipe Felipe tiene que dar sus frutos. Y no exclusivamente en los aspectos deportivos, sino también en los anímicos. El técnico debe calar hondo en la cabeza de sus jugadores de una vez por todas. No son de recibo ni las lagunas de concentración, ni los piques entre compañeros ni el descontrol mental que parecen arrastrar los rojillos. El CAI va más allá de un encuentro y tiene que demsotrar que quiere seguir mucho tiempo en la mejor liga de Europa. Y eso pasa por vencer, hay que insistir en ello, en canchas como la de hoy.

Dinámicas opuestas


Resuta muy curioso el analizar el estado de los contendientes, ya que sus dinámicas son totalmente opuestas. Tienen un bnexo de unión, como es la victoria sobre un grande hace ya bastante tiempo, pero poco más. El CAI venció al Barça y el Meridiano hizo lo propio con el Madrid, pero sus trayectorias han cambiado radicalmente.


Mientras el CAI atraviesa un momento borrascoso tras dos derrotas seguidas y ve cómo el furgón de cola se le echa encima, los alicantinos comienzan a ver la luz. Su arranque de temporada fue malo y el club se vio obligado a sustituir a Óscar Quintana en el banquillo. El elegido fue Txus Vidorreta y con su llegada y la de un par de fichajes el panorama ha variado.


Tanto es así, que en las últimas cuatro jornadas el conjunto levantino ha ganado tres partidos, lo que le coloca a una sola victoria del CAI y con la moral por las nubes. Y no es para menos tras tumbar al Unicaja en casa y ganar dos duelos a domicilio en las complicadas canchas de Las Palmas y San Sebastián.


Por eso el rival de hoy del CAI poco se asemeja ni a lo visto en pretemporada, cuando ya derrotó a los rojillos, ni el que se pudo observar en las primeras semanas ligueras. La llegada tanto del exterior Hasbrouck como del pívot Martin Rancik ha servido para apuntalar el equipo.


El peligro alicantino ya tenía algunos nombres, como el del basde Heurtel, el sempiterno Erdogan, Stojic, la 'joya' Doellman o el lituano Andriuskevicius. Pero esas armas han ido a más con la llegada de dos hombres que copan buena parte de los minutos en cancha y que se juegan una gran parte de los balones. Ojo con ellos.


Anímicamente el Meridiano también está mucho mejor que el CAI lo que complica aún más la empresa. Pero todo eso debe servir de acicate para los hombres de Abós. Primero para defender con agresividad. Pero que nadie se olvide del ataque, puesto que como quedó demostrado en Manresa el dejar al rival en 58 puntos no es sinónimo de victoria.

En esa labor ofensiva tendrán mucho que decir tanto el propio entrenador con su variedad táctica como los directores de juego Cabezas y Van Rossom. El reparto de balones y la ausencia de agoísmos parece fundamental. Luego llegarán los artilleros como Barlow, Quinteros o Hettsheimeir (quien tiene que recuperar portagonismo en ataque) para sumar puntos al casillero visitante.


Pero el trabajo ha de ser colectivo. El CAI sólo saldrá de esta en equipo. Todos suman y todos participan, esa es la filosofía que no se ha puesto mucho en práctica últimamente. Y hay ue ponerla para no fallar, para evitar un fallo que sería letal. No hay ni que pensar en él, puesto que al CAI se le acaó el margen de error y hoy tiene que ganar. Mentalidad positiva y trabajo en equipo. No vale otra cosa.