TENIS

Nadal cree que afronta el Masters muy cerca de su mejor nivel

Rafael Nadal se sentó este viernes de espaldas a un ventanal que daba al Támesis, en el viejo Ayuntamiento de Londres convertido en un lujoso hotel, y poco después de iniciar la conversación con periodistas que entresacaban sus pensamientos ante la final del Masters, que comienza mañana, ya estaba cansado de que le preguntasen por su ambición de recuperar la primera posición en el ránking de la ATP. La perdió en Londres, en julio, tras comprobar que sus rodillas no podían resistir quince días en el torneo de Wimbledon. Anunció que regresaba a su casa. Roger Federer, a quien había batido en la edición anterior del gran torneo sobre hierba, lo ganó con relativa facilidad y reconquistó su posición.


¿Siente que puede recuperar el número uno en el ránking?, se le preguntó al principio del encuentro. Y él repuso que no, que no piensa en el ránking, que ni siquiera sabe cuántos puntos tiene y cuántos sus rivales. Que él afronta su carrera pensando, primero, en ganar el siguiente punto y después el partido y más tarde el torneo. Entonces le preguntaban lo mismo en inglés. Y repetía cordialmente la respuesta. Y luego se acercaba al círculo otro periodista y le preguntaba sobre el número uno. Acabó la rueda de prensa con una broma- "¿Alguien quiere preguntarme por el número uno?"- pero antes había mostrado su hartazgo. "Os gusta mucho lo del número uno", respondió ante una nueva pregunta sobre la cuestión recurrente. "Pero no me produjo tanta lujuria ser el número uno. Yo lo que quiero es ser competitivo y mis objetivos, a corto plazo, son los resultados, y, en el largo plazo, mejorar como tenista y como persona". Pero, a pesar de la insistencia de los que le preguntaban y la suya por hablar de otra cosa, en un momento de la conversación ofreció un cálculo que incluía números: "Estoy jugando bien y, aunque no he ganado torneos en esta segunda parte de la temporada, ya ocurrió en el 2006, creo que estoy cerca de mi mejor forma. Y llego aquí con la opción de ser número uno o número tres".

Resultados

Rafael Nadal dice que ha superado los problemas que cortaron el mejor principio de temporada de su carrera. Ganó en Australia, pero el deterioro de sus rodillas y el divorcio de sus padres frustraron su progresión. Cayó en París y se retiró de Wimbledon. Descansó, se recompuso, reinició su periplo por el circuito en Montreal y dice estar sorprendido de haber llegado aquí después de todo aquello, de que ocurrieran las cosas que un hombre feliz como él, según dijo, no puede controlar. "Lo que ha pasado me ha quitado un pelín de confianza, de autoconvencimiento", afirma. Algo que es muy difícil de medir, pero que tiene cura, unas cuantas semanas jugando bien continuamente. Cree que lo ndiese la temporada unos meses.


Cuando termine su largo peregrinaje, regresará a casa, descansará y entrenará durante tres semanas, y comenzará el curso de 2011 con el mismo deseo de ganar cualquier torneo, todos los torneos. Pero ahora mismo tiene que ganar a Soderling el lunes, en la primera jornada de su grupo, que incluye a Davydenko y al tenista en forma, Djokovic, que le ganó hace una semana en París.


La final se juega en pista cubierta y dura y Nadal recordaba que


los otros siete competidores son especialistas en estas pistas que a él no se le dan tan bien. Los resultados de las últimas semanas, en este tipo de superficies, son los que ofrece como aval para su argumento de que lo que estamos viendo está muy cerca del mejor Nadal. Fernando Verdasco es el otro español en liza y con su mirada también puesta en la final de la Copa Davis. Antes de alcanzar la estación terminal de la larga temporada, Verdasco llega a Londres relajado. "De todos los que estamos aquí soy el que menos presión tiene, así que vengo a disfrutar, a jugar con el brazo suelto", decía ayer. Su primera cita es con Roger Federer, el domingo en la sesión nocturna. Habrá dos partidos individuales cada día, a las tres y a las nueve, hora española, y la final se jugará el próximo sábado. Los dos españoles empezarán entonces a recordar el juego sobre la arcilla, a los tiros diferentes, los deslizamientos, a entrar y salir de la pista, para enfrentarse a Chequia.