REAL ZARAGOZA

'Es muy difícil aislarse de todo lo que está pasando'

Ángel Lafita será mañana, sin duda alguna, el protagonista más señalado del partido Real Zaragoza-Deportivo (17.00, La Romareda) con el que se reanuda la Liga en el comienzo del nuevo año. Su reciente pasado en el club gallego y su polémico regreso al Zaragoza a finales del verano hacen que su figura sobresalga sobre el resto de protagonistas en este duelo con el que se reanuda el campeonato en el inicio del nuevo año y tras el parón navideño. Lafita compareció ayer en rueda de prensa para hablar, además de sus cuitas personales a caballo entre ambas instituciones, de la importancia de este partido para el agobiado equipo zaragocista y, también, del denso ambiente que rodea al vestuario ante una cita de tanta relevancia para el futuro.

 

"En el vestuario es muy difícil aislarse de todo lo que está pasando. No hay un día tranquilo. Intentamos abstraernos lo máximo posible, pero sabemos que es difícil porque, o lo vives tú día a día, o te lo dice otro. Todo lo que está pasando no nos beneficia", reconoció el delantero al hacer referencia a la espiral de acontecimientos negativos que se han ido sucediendo en el club desde que el día 13 se decidiera la destitución de Marcelino.

 

El canterano, con su clásica sinceridad, asumió que la tendencia ambiental que se ha instalado alrededor del equipo en los últimos 20 días no ayuda nada a la concentración de los jugadores y apuntó la única medicina posible para modificar el actual estatus del zaragocismo: "Necesitamos lograr un estado de tranquilidad en cuanto podamos. Pero sabemos que, tal y como están las cosas, solo los resultados cambiarán nuestra dinámica. Hay que sacar adelante un par de victorias para que todo se empiece a ver de otro modo. A ver si somos capaces de lograrlas en estos dos próximos partidos", deseó en voz alta con gesto serio, cargado de responsabilidad.

 

Lafita radiografió la peligrosisidad del Deportivo, escuadra a la que conoce a la perfección y de la que, hasta agosto, él fue pieza clave. "El Dépor es un equipo muy serio, muy bien trabajado atrás y que aprovecha muy bien las ocasiones que crea arriba. Lo hacíamos durante estos dos últimos años y lo siguen haciendo ahora: se colocan muy juntitos atrás y, cuando recuperan el balón, a la contra tienen gente muy rápida: Por ahí está su gran peligro y nos pueden hacer mucho daño", narró el ex deportivista. Es una evidencia que para el Zaragoza, con una necesidad suprema de lograr los tres puntos ante la grave crisis que le afecta en todos sus estamentos, enfrentarse al 5º clasificado -igualado con el Mallorca con 27 puntos- no es el mejor de los escenarios.

 

¿Cómo va a poder superar entonces el equipo zaragocista el potencial que viene manifestando el Deportivo a lo largo de esta gran campaña de los gallegos? Lafita aportó la receta, quizá la única válida en el precario estado que presentan las constantes vitales del zaragocismo en estas fechas: "Con ganas, ganas y más ganas. Calidad hay bastante, tanta como en el Dépor. Por eso, para ganarles, la actitud va a ser muy necesaria. Necesitamos echarle mucha más rasmia de la que le estamos echando. Hay que querer, querer y querer. Todos", fue la recomendación de Ángel Lafita.

 

El apoyo del graderío, elemento siempre recurrente en circunstancias tan complicadas como las que se dan en el Real Zaragoza nuevamente, no fue utilizado por Lafita como ruego tópico desde el vestuario. Al contrario, el zaragozano considera que el público está teniendo un comportamiento irreprochable desde el prisma de la plantilla. "A la afición, yo creo que se le puede pedir poco. Se están portando de maravilla para la gravedad de la situación en la que estamos. Creo que nosotros no podemos pedir más", admitió.

No quiere remover el pasado

El aragonés, que tras salir sin ningún reconocimiento del equipo blanquillo hace dos temporadas, creció y adquirió galones en el fútbol español como jugador del cuadro gallego, tuvo que regresar a Zaragoza a la fuerza y en medio de una polémica legal entre clubes que todavía sigue supurando. Sin nombrar al presidente Lendoiro, Lafita dejó caer que el modo en el que se enrocó el dirigente coruñés en las negociciones sobre su regreso al Zaragoza le ha marcado el presente. "Evidentemente, no tengo el mismo aprecio por todo el mundo en La Coruña. No me fui del Deportivo de la forma que me hubiera gustado. Lo he dicho muchas veces. Hubiera querido despedirme de otra manera, pero las cosas fueron como fueron y así me tuve que ir", rememoró con pena.

 

Lafita, en el que va a ser el primer enfrentamiento desde que se consumó su retorno a La Romareda, manifestó ayer que su intención es no mirar atrás para no remover el lamentable mes de agosto que tuvo que sufrir, oculto varias semanas por recomendación de los abogados, tanto a la hora de entrenarse en solitario como en su vida cotidiana. "Mirar hacia atrás sería un error para mí. No me he lamentado por haber tenido que venir al Zaragoza. Ahora mismo, lo que tengo que mirar es hacia delante, aceptar que estoy aquí en una situación mucho más delicada, nada que ver con la que tiene el Deportivo, y que la tenemos que sacar adelante con la misma responsabilidad cada uno", razonó.

 

Al margen de la enorme importancia que tiene el encuentro de mañana para el Real Zaragoza y de la imperiosa necesidad que tienen los blanquillos de sumar los tres puntos frente al Dépor, Lafita sabe que su presencia en el campo va a tener muchos focos pendientes de él, tanto en el flanco aragonés como en el gallego. "Es un partido muy especial para mí. Han sido dos años maravillosos en La Coruña y guardo muy buenos recuerdos de ese club. Me voy a encontrar con gente a la que conozco y aprecio mucho y eso hace que no sea un partido cualquiera", aseveró el jugador. Su cruce de jocosas amenazas con su íntimo amigo Filipe Luis y otro tipo de elementos anecdóticos de carácter sentimental quedan difuminados en un segundo plano para Lafita ante el estado de ansiedad y necesidad que la profunda crisis del Real Zaragoza ha generado en todo el entorno.