Se busca comisario en Motorland
Se trata de un trabajo poco visible pero de vital importancia para que las carreras se desarrollen con normalidad. Hay tres tipos de comisarios, diferenciados por colores.
Visten con un mono reflectante, llevan guantes, casco blanco y aparatosos auriculares antiruido. Se distinguen con facilidad en todos los circuitos, tanto desde la grada como a través del televisor. Su trabajo, sin embargo, suele pasar desapercibido. Las cámaras los enfocan cuando una moto se va al suelo o, en su defecto, cuando un coche se estampa con las vallas de protección. Y se llaman comisarios. Motorland Aragón reclama a este peculiar ejemplar. Les necesita en el pit lane, en la vigía de cada curva y en la comunicación con los pilotos.
Desde la empresa se ha habilitado un portal de inscripciones para todo aquel que quiera formar parte del equipo de comisarios y participar en los eventos de motociclismo y automovilismo más importantes del panorama internacional. El GP Aragón, desde su inauguración en 2010, ha sido una de las competiciones mejor valoradas por pilotos y empresas del sector del motor.
La misión principal del comisario es mantener alerta y en condiciones el circuito. Pero para tener clara su verdadera función, Santiago Baeta, comisario de Motorland Aragon, diferencia los tres tipos principales que existen en este trabajo. En primer lugar, «los que van de naranja se dedican a comunicarse con los pilotos a través de banderas y carteles de diferentes colores y simbología», indicando todo aquello que el piloto debe conocer mientras está corriendo, como la bandera negra cuando ha sido descalificado de la carrera.
Por otro lado, «el grupo de color rojo está presente cuando hay una caída, un accidente o una avería y entran para limpiar la pista, sacar la moto de la trazada, acompañar al piloto o estar atentos por si hay grava o aceite que quitar». Y por último, «la cuadrilla de amarillo desempeña su trabajo en el pit lane, organizando la tanda de pilotos que tienen que entrar y controlando la salida de vehículos para que todos salgan en condiciones».
Una labor fundamental para el desarrollo normal de un fin de semana de carreras. Desde el viernes que comienzan los entrenamientos, hasta el domingo que pasa el último piloto por meta. En el manual de instrucciones de todo comisario la palabra más repetida es concentración.
No es fácil estar con los cinco sentidos puestos durante días enteros y largas esperas aguantando el calor, el frío o la lluvia. Una alerta que crece cuando entra el safety car entra en pista y cuando se produce algún accidente. En caso de emergencia, como puede ser un accidente de cierta gravedad, los comisarios deben avisar a dirección de carrera para que valore los hechos y ofrezca a los comisarios las indicaciones oportunas.
