'El Ranita', el relevo de Ángel Nieto que se frustró en una cuneta de Calatayud

Fernando González de Nicolás, 'El Ranita', sufrió un grave accidente cuando viajaba a una concentración motera en Zaragoza. Estaba llamado a suceder al 12+1.

Fernando González de Nicolás, en imagen de archivo.
Fernando González de Nicolás, en imagen de archivo.
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"Si yo hubiese tenido tantos problemas como ‘El Ranita’, odiaría la moto. Pero a mí me salió cara y a él cruz”. Dos sinceras frases del recordado Ángel Nieto (1947-2017) bastan para describir la biografía de Fernando González de Nicolás, genio frustrado de las dos ruedas. Ambos proceden del madrileño barrio de Vallecas, y se criaron a ras del asfalto del Retiro. Nieto, un pelín mayor, obtuvo su primera victoria en el Campeonato de España en 1965; el debut de González de Nicolás se hizo esperar cuatro años más, pero alumbró una progresión meteórica.

En el arranque de la década de los 70, la figura del ‘Ranita’ irrumpió en el ‘paddock’ para tutear a cualquiera. Incluso al mismísimo Nieto, que por aquel entonces ya había comenzado a construir su leyenda a base de campeonatos del mundo. Mientras uno ultimaba la puesta a punto de las monturas con piezas preparadas con sus propias manos, el otro aparecía a lomos de la Derby oficial que no encontraba rival en las categorías de 50 y 125 centímetros cúbicos. Tan distintos y tan parecidos, hasta que la maldita mañana del 3 de febrero de 1973 separó sus caminos profesionales.

‘El Ranita’ viajaba a una concentración motera en Zaragoza, ciudad en la que tanto Nieto como él competían en el extinto Gran Premio Internacional Fiestas del Pilar, cuando sufrió un accidente que destrozó su interior y, a largo plazo, su prometedora carrera. “Se celebraba el 50 aniversario de la Federación Española de Motociclismo y decidí desplazarme con un grupo de amigos. Poco antes de llegar a Calatayud, la rueda me derrapó, caí al suelo y choqué con el vientre contra una piedra”, recuerda ahora el vallecano, que, tras una delicada intervención en la residencia Severino Aznar, perdió el riñón izquierdo y el bazo.

“Fue muy duro, pero tengo que dar gracias a Dios por aquel accidente. En el horizonte estaba el comienzo de la temporada en Monza (Italia), donde se produjo un accidente múltiple y murieron Jarno Saarinen y Renzo Pasolini. Estoy seguro de que yo también hubiese estado involucrado”, añade ‘El Ranita’, haciendo alusión a su condición de “'gafe". Pero, pese a todo, prefiere quedarse con lo buenos momentos.

“Si soy sincero, cuando pienso en Aragón lo primero que me viene a la memoria son las carreras en el Parque Grande. Aquello no tenía nada que ver con lo de ahora porque te pegabas un ‘piñazo’ y chocabas contra un árbol o una farola. Por eso ahora pienso: ‘fíjate el pobre Ángel, con las veces que se jugó la vida en las fiestas de las ciudades, y qué final más irónico ha tenido”, comenta emocionado ‘El Ranita’, que tras el accidente de Calatayud quedó apartado durante seis años de su gran pasión.

Considerando sus lesiones, la Federación Española de Motociclismo le quitó la licencia por incapacidad física; él respondió pasándose a los coches. “Fueron temporadas duras, pero también gané carreras. Entre ellas, la que se hacía en el circuito Guadalope de Alcañiz”, comenta el piloto, y reconoce que el regreso a las motos fue “duro” por la tremenda evolución del Mundial. Nadie había olvidado a quien, según los especialistas, estaba destinado a ser el sucesor de Nieto, si bien ya no era considerado un piloto de éxito.

Del 'padock' a prisión

Su espíritu de lucha lo devolvió a la competición, antes de que un nuevo accidente (Gran Premio de Checoslovaquia, en 1979) lo apartara otra vez de los circuitos. Y fue entonces cuando, ahogado económicamente, cometió el error de intentar atracar el Banco de Valencia en la calle Castelló de Madrid. Su cómplice se llevo tres millones de pesetas; él fue detenido y condenado.

“Aún volví a las pistas en los 80 y seguí sumando aventuras”, remarca el único piloto de la historia del motociclismo que ha participado en pruebas del Campeonato del Mundo de Velocidad de 50, 80, 125, 250, 350, 500 y 750 centímetros cúbicos. Tan solo le queda pendiente correr una prueba puntuable para el Campeonato del Mundo de Sidecar. Y todavía no ha perdido la esperanza de quedar inscrito en el libro Guiness de los récords.

“Lo he intentado varias veces, pero por distintos motivos no me han dejado. La última fue en Motorland (2013) y me dijeron que la moto -tenía más de ocho años- era demasiado antigua para competir. Hay que tener en cuenta que a uno ya le resulta complicado asumir los costes de monturas nuevas”, lamenta ‘El Ranita’, que este fin de semana regresará a Alcañiz como aficionado. Allí, cuando se reúna junto al resto de viejos ‘rockeros’ que mantienen la ilusión por la velocidad, la leyenda del 12+1 revivirá entre hazañas y anécdotas. Será el primer Gran Premio español sin el español más grande. 

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