REAL ZARAGOZA

Mil y una dudas

Marcelino hará cambios en la alineación del domingo ante el Rayo Vallecano. Lo que aún no está claro es cuántos ni en qué posiciones. El ensayo de ayer fue un múltiple banco de pruebas

La plantilla del Real Zaragoza escucha atentamente las indicaciones de Marcelino en el intermedio del partidillo jugado durante el entrenamiento de ayer
Mil y una dudas
ELENA MUÑOZ. Zaragoza

Cambios sí. Seguro que los habrá en el Real Zaragoza ante el Rayo Vallecano. ¿Pero cuántos y dónde? Marcelino sigue agitando su cerebro para recomponer de la manera más adecuada el once inicial del cuadro zaragocista este domingo ante los madrileños. Sabe que muchos de los ocupantes de las butacas de La Romareda aguardan con las uñas afiladas lo que dé de sí el equipo blanquillo tras la decepción que generó la derrota -y sus formas- del pasado fin de semana en Córdoba.


Marcelino está atravesando el momento más culminante de lo que va de liga respecto de las relaciones, las exigencias y las prestaciones entre entrenador y futbolistas. Y así se lo ha hecho saber colectiva -y a algunos, individualmente- a todos los jugadores del plantel. Pasada la moratoria del inicio de campeonato, atravesado ya el periodo de aclimatación de unos a otros y de todos a la categoría, al técnico y a la plantilla todo el mundo les exige que respondan al papel que se les presupone. Son los grandes favoritos de la división y es el momento de demostrarlo. El plantel está sujeto a 40 millones de euros de presupuesto (el doble que el segundo y tanto como los ocho clubes más modestos de Segunda) y tienen que responder por ello. Marcelino ha hecho llegar al grupo todos estos mensajes en las últimas horas.


Alineación en el aire


Observar las dos partes del partidillo que ayer organizó Marcelino en la Ciudad Deportiva -la lluvia aconsejó no pisar La Romareda, tal y como estaba previsto antes del súbito cambio comunicado a las 9 de la mañana- fue un ejercicio similar a un jeroglífico. Dos equipos entremezclados como hacía tiempo no sucedía y, tras un breve descanso, numerosos cambios de peto que alborotaron más si cabe los posicionamientos de los jugadores.


Llamó la atención la continuidad de la pareja de pivotes Gabi-Generelo, que enfrente tenían a la compuesta por Zapater y Antonio Hidalgo. En las bandas, por un lado Songo'o por la diestra y Jorge López por la izquierda; y por el otro, Ander Herrera por la derecha y Caffa en su perfil zurdo natural.


En punta, en un equipo jugaron Ewerthon y Braulio y, en el otro, Oliveira y Arizmendi. En ningún momento de la mañana estuvieron juntos los dos brasileños. Atrás, tampoco Goni y Ayala, los centrales de los últimos duelos, compartieron jamás peto. Pulido y Pavón fueron sus nuevas parejas, respectivamente. En los laterales, Chus y Paredes hicieron un dúo y los filiales Jael y Víctor Fernández, otro.


De las permutas hechas por el entrenador en el segundo tiempo, llamaron la atención el posicionamiento de Zapater como lateral derecho, el cambio de equipo de Víctor Fernández supliendo a Paredes en el lateral izquierdo de la zaga y la ubicación de Ander Herrera como medio centro.


Total, que Marcelino, esta vez, mostró un abanico de opciones muchísimo más amplio que de costumbre en sus pruebas tácticas pre partido. Cabe la posibilidad de que haya parte de estrategia grupal y esté jugando al despiste intencionadamente para mantener la tensión. Pero huele a grandes dudas y a posible revolución.