El Real Zaragoza fue ayer la estrella en todos los medios de comunicación de México. En realidad, lo ha sido también durante toda esta madrugada (en el país azteca son 7 horas menos que en España). En un país donde el fútbol es elemento de culto para la mayor parte de la población, la figura de Javier Aguirre está ubicada desde hace muchos años en la categoría extraordinaria.

El Vasco, además de mundialista con México como jugador en la cita histórica de 1986 donde fueron anfitriones, ha sido el seleccionador de la Tricolor en las citas de 2002 -Japón y Corea- y en la del pasado verano en Sudáfrica. Con sus seguidores y detractores, Aguirre es una de las figuras más relevantes y generadoras de opinión del fútbol moderno en México, a la altura de Hugo Sánchez, todo un mito también. Aguirre provoca un seguimiento constante y profundo desde todos los medios de su país, prensa, radio y televisión.

El fichaje de Aguirre por el Real Zaragoza convulsionó desde las 20.00 las redacciones en el país americano. Televisa, ESPN, El Universal, La Jornada, La Crónica, Milenio, Univisión, decenas de emisoras radiofónicas... todos al unísono protagonizaron un amplio despliegue de tiempo, espacio y atención para cubrir la noticia. Si la llegada de Humberto Suazo el año pasado en enero -el chileno también llegó desde la ciudad mexicana de Monterrey- ya significó una permanente presencia del Real Zaragoza en la prensa escrita y en los medios audiovisuales de México, el aterrizaje de Javier Aguirre en el club blanquillo asegura un seguimiento constante de sus partidos, circunstancias en cada jornada que transcurra. Eso, de entrada. Si además, en un futuro próximo el abanico de mexicanos se amplía con la llegada de algún refuerzo de la confianza de Aguirre, el efecto será inevitablemente mayor.