Un abismo de 26 puntos separa a dos equipos que ahora mismo solo se parecen en la corona que reina sobre sus escudos. El implacable Real Madrid, segundo en la clasificación, visita el campo de un Real Zaragoza que ni siquiera con Javier Aguirre en el banquillo levanta cabeza. Colistas, con pocas ideas y menos olfato de gol, los aragoneses se agarran a los números de Mourinho fuera del Santiago Bernabéu. Unas cifras no del todo esperanzadoras, pero que señalan que el Real Madrid ya se ha dejado 7 puntos en lo que llevamos de temporada.

Sus números a domicilio asustan, pero no tanto como los que hasta ahora ha conseguido en su propio feudo, donde todavía no ha perdido ningún partido oficial. Sin embargo, el rodillo de Mourinho gira algo peor cuando se aleja del paseo de la Castellana. Sin el calor de la afición merengue, el Real Madrid no suele aplastar a sus rivales, en alguna ocasión sufre para llevarse la victoria y de vez en cuando hasta se deja algún punto en campo ajeno. Además, sus delanteros pierden efectividad -han marcado 10 goles, por los 25 que llevan en casa- y su muralla defensiva se muestra menos consistente, ya que fuera de casa han encajado más del doble de tantos (8) que en su propio feudo (3).

El Real Madrid empezó a sufrir a domicilió desde la primera jornada de Liga, cuando Ronaldo, Higuaín, Özil y compañía no pudieron pasar del empate contra el Mallorca. En el segundo desplazamiento, los blancos sufrieron para ganar a la Real Sociedad en Anoeta (1-2) y dos semanas después volvieron a tropezar en casa de un recién ascendido. Fue en el Ciudad de Valencia, donde el Levante amansó a unas fieras que no consiguieron batir la portería de Reina. La Rosaleda y el Rico Pérez le dieron un respiro a Mourinho y sus pupilos, que ganaron sin demasiados problemas al Málaga (1-4) y al Hércules (1-3), dos equipos de la 'liga' del Real Zaragoza.

En Gijón, donde el Sporting apeló al aguerrido espíritu de Preciado, al Real Madrid le costó marcar el único gol del encuentro y Casillas, con una gran parada a pocos minutos del final, evitó la debacle de su equipo en la semana más polémica de la temporada. Dos jornadas después, en su primera visita liguera al campo de un 'grande', Mourinho recibió una goleada que nadie esperaba y se despidió del Camp Nou con la sensación de que en ningún momento pudo ganar al Barça de los balones de oro.

Tras el tropezón culé, los blancos se han recuperado en casa, pero todavía no se han probado a domicilio. El Real Madrid se examina en La Romareda, pero a Aguirre y sus jugadores cada vez les quedan menos convocatorias. Y es que el Real Zaragoza, abonado a la última posición desde hace varias semanas, no puede renunciar a ganar ni siquiera contra el Real Madrid más superior de los últimos años.