Del barro a la plata

El Fénix zaragozano ha pasado en solo dos temporadas de la cuarta a la segunda división del rugby nacional.

El Fénix celebrando el ascenso a División de Honor B.
Del barro a la plata

El Fénix, como el ave, resurgió en el año 82 de las cenizas de la extinta sección de Rugby del C. D. Dominicos. Pero aquellos jugadores que hace ya más de 30 años fundaron el club nunca hubieran imaginado hasta dónde iba a volar el mítico animal que lucen en su escudo. En solo dos años, el equipo zaragozano ha pasado del barro a la plata. De la cuarta a la segunda división del rugby nacional. De la Liga Regional a la División de Honor B.


La heroicidad del Fénix ha sido un homenaje al balón ovalado, una reverencia a todos aquellos pequeños clubes que, sin apenas ayudas ni atención, defienden este deporte. Tiene más valor todavía cuando el mérito es de un equipo amateur, de unos jugadores que no solo no cobran por jugar, sino que pagan por ello. "Aquí cada uno paga su propia ficha, a veces incluso en alojamiento", asegura uno de los artífices del éxito del club aragonés, el entrenador Alfredo Benedí. "Hemos conseguido un grupo numeroso y con mucha calidad", explica el técnico.


El año pasado, el equipo zaragozano jugaba en la Liga Regional, la cuarta división del rugby español, y esta temporada, en la tercera, ha superado todas las expectativas. "El objetivo era mantener la categoría. Queríamos hacer un buen papel e incluso pelear por estar cerca de la zona alta de la clasificación, pero en ningún caso esperábamos ascender a falta de dos jornadas para el final de la competición", asegura Benedí.


Lo lograron, y la próxima campaña aparece ya en el horizonte del Fénix, que jugará contra equipos históricos que hasta hace poco han estado en División de Honor. En esta ocasión, las aspiraciones son más modestas y la permanencia ya sería un éxito. "Lo afrontamos con mucha ilusión, pero ahora la cosa cambia. Estaremos lejos de los primeros y tendremos que pelear por la parte baja, pero tenemos la esperanza de lograr mantenernos", asegura el entrenador del club aragonés.

Menos dinero, más ilusión

"En esta categoría, los cuadros técnicos de los clubes están compensados económicamente. En la categoría de plata algunos entrenadores ya son profesionales y casi todos tienen a varios jugadores semiprofesionales o que ya cobran por jugar", recalca Benedí, quien espera poder dar la talla pese a las diferencias económicas con otros clubes: "Nosotros hemos tenido este año un presupuesto de 65.000 euros y los equipos de División de Honor B tienen de 120.000 para arriba".


Las estrecheces presupuestarias se suplen con ilusión, y de eso a los chicos del Fénix les sobra. "Ya estamos planificando la temporada que viene. No queremos traer gente de fuera, sino invertir en nuestros propios jugadores. Como mucho nos reforzaremos con algún jugador de la zona y con gente de la cantera. Lo primero que vamos a hacer es un plan físico para que los jugadores crezcan y puedan afrontar con garantías lo que viene", finaliza Benedí.