El tenis español se quedó hoy sin representantes en Wimbledon al caer en cuartos de final tanto David Ferrer, ante el argentino Juan Martín del Potro, como Fernando Verdasco, contra el británico Andy Murray, que remontó dos sets en contra.

Ferrer, cuarto cabeza de serie, aguantó durante dos horas y 16 minutos en la pista central del All England Club los embates del argentino (6-2, 6-4 y 7-6(5)), mientras que Verdasco, 54 del mundo, puso contra las cuerdas a Murray pero acabó sucumbiendo a las tres horas y 27 minutos (4-6, 3-6, 6-1, 6-4 y 7-5).

A sus 29 años, Verdasco se quedó a un paso de alcanzar su segunda semifinal de un grande, después del penúltimo partido del Abierto de Australia que disputó en 2009 ante su compatriota Rafael Nadal, que invirtió más de cinco horas en derrotarle.

El madrileño vivió hoy quizás uno de los momentos más brillantes de su trayectoria al poner contra las cuerdas al número dos del mundo y héroe local en Wimbledon en su propio terreno.

Por la mente de los aficionados españoles pasó no solo aquel encuentro en Australia ante Nadal, sino también la final ante el argentino José Acasuso que otorgó en 2008 la tercera Copa Davis a España, otro de sus mayores éxitos de Verdasco.

El reto que afrontaba esta tarde el español, número 54 de la ATP, se antojaba difícil sobre el papel, pero comenzó a hacerse más tangible cuando se impuso al resto en el primer set y se llevó el parcial ante un tenista que parece conjurado este año para dejar por primera vez el trofeo de Wimbledon en casa en 77 años (el último británico que lo ganó fue Fred Perry en 1936).

El español torturaba con su zurda a un Murray que vio caer del lado de Verdasco dos parciales que ponían al madrileño más cerca que nunca de sus segunda semifinal en un gran torneo.

La experiencia del escocés y el desacierto al saque de Verdasco en el tercer parcial equilibraron sin embargo el duelo a falta de un cuarto set en el que el madrileño falló varias bolas de ruptura y un quinto que se presentaba como la batalla final de un duelo denso y disputado.

El español aún tuvo oportunidades, estuvo cerca de ponerse 5-3 por delante, pero la fortuna, de cara durante la primera mitad del duelo, pareció abandonarle en el último tramo de un partido que deja a Murray un paso más cerca de la final del próximo domingo.

"Creo que en el tercer set no serví tan bien como en los otros dos. Después de perder el segundo set él estaba sufriendo, pero no serví tan bien, me rompió al servicio y volvió al partido, empezó a jugar mejor", relato Verdasco en rueda de prensa tras el duelo.

En la misma pista central del All England Club, un turno antes, habían librado su guerra particular Ferrer y Del Potro, un duelo en el que el parte médico había cobrado especial relevancia.

El español jugó por tercera vez con el tobillo izquierdo dormido para apaciguar el dolor que le ha perseguido los últimos días, mientras que Del Potro saltó a la pista con un aparatoso vendaje en la rodilla, que le viene molestando esta semana.

Ferrer, tercer tenista del mundo cuando la ATP actualice su ránking, aspiraba a disputar su primera semifinal en Londres, después de perder también en cuartos el año pasado, ante Murray.

El de Jávea ha roto sus límites esta temporada y llegaba con la moral al máximo tras plantarse a principios de junio en París en su primera semifinal de Grand Slam, que perdió ante Nadal.

Tras un torneo especialmente duro para Ferrer, que nunca había debido jugar infiltrado hasta ahora, la potencia del gigante de Tandil, de casi dos metros de altura, fue demasiado para él.

Del Potro le amargó la tarde al servicio al español, que solo recuperó algo de brillo en el tercer parcial, cuando disfrutó de opciones para comenzar una remontada que finalmente no tuvo lugar.

"Ante Juan Martín es difícil ganar aunque juegues a un grandísimo nivel. A la mínima que bajas un poco la guardia lo pagas caro porque es un jugador muy bueno. Todos tenemos problemas, un día estamos mejor y otros peor, pero hoy me ganó porque fue mejor en todo", apuntó Ferrer en la rueda prensa posterior al duelo.

El alicantino explicó que piensa tomarse quince días de descanso para recuperar la forma antes de iniciar el tramo de la temporada en Estados Unidos.

"Creo que nunca he disfrutado de tres o cuatro semanas en las que no haya tenido que disputar ningún campeonato, así que es el momento perfecto para descansar. Tengo 31 años, necesito tomarme mi tiempo", señaló el de Jávea.