La voluntad del hombre no tiene límites. Como tampoco las ganas de superación de Diego Ballesteros. Este barbastrense de 37 años se ha propuesto un reto de dimensiones mastodónticas: unir Madrid y Londres a bordo de una handbike -bicicleta adaptada propulsada tan solo con la fuerza de los brazos-.

1.800 kilómetros en 26 etapas para llegar a la sede de los Juegos Olímpicos el próximo día 30 y promocionar de esta forma la candidatura de Madrid 2020. “De momento estamos cumpliendo los plazos, pero llevo unos días sin apenas descanso”, explica el aragonés tras concluir la decimonovena etapa con llegada a la ciudad francesa de Tours. “Me esperaba un terreno mucho más uniforme, pero me he encontrado un 'rompebrazos' con muchas subidas y bajadas”, se lamenta.

Sin embargo, esta no es la primera gran empresa herculiana de Ballesteros. En 2008 realizó 12.000 kilómetros para unir la Expo de Zaragoza con los Juegos Olímpicos de Pekín. En aquella ocasión fue en bicicleta, antes de que un vehículo le arrollará en una prueba de ultraresistencia Race Across América en EE. UU. y le arrebatará la movilidad en sus piernas.

Las lesiones su mayor temor

Tras su recuperación ha seguido con una fortaleza mental que únicamente teme a las lesiones que le impidan terminar su reto. “Los últimos días estoy haciendo las etapas con mucho dolor. Tengo una sobrecarga que unida a la fatiga muscular hacen que el dolor sea muy fuerte en bíceps y hombros”, explica Ballesteros que supera estos contratiempos pensando en que “solo queda una semana para llegar a Londres”.

Solo, pero acompañado

Durante su trayecto, que comenzó el pasado 4 de julio en el madrileño parque del Retiro, ha contado con el aliento de muchas personas en su “sueño olímpico”. Perico Delgado -su padrino en la salida desde Madrid-, Miguel Indurain -en su paso por Navarra- y el equipo Movistar con Valverde y Juanjo Cobo a la cabeza – en Pau (Francia)- han pedaleado junto a Diego Ballesteros. “El equipo Movistar me dio el premio Retto -premio a la superación- y yo les animé a ganar una etapa. Al día siguiente Valverde lo consiguió”, explica Ballesteros riendo.

En su camino por el país vecino los franceses le saludan , “aunque más fríos que los españoles”, y animan a Diego cuando le ven recorrer las carreteras en su handbike. “La gente se sorprende al verme pasar. Algunos pitan, otros sacan el brazo con el signo de la victoria. Ayer un conductor paró para aplaudir cuando pasé”, explica orgulloso el aventurero.

Y es que el reto de Diego Ballesteros no deja a nadie indiferente. “En la última semana miembros de la embajada española en París y españoles afincados en Francia me acompañarán durante alguna etapa”, explica.

El descanso necesario

Tras casi 20 días rodando con la única ayuda de los brazos, el tiempo de descanso es fundamental para el éxito de la empresa. “Voy junto a mi fisioterapeuta que al terminar cada etapa me aplica tratamientos de hielo, electromusculación y un masaje para intentar recuperarme lo más rápido posible”, afirma Ballesteros.

Después cinco o seis horas encima de la handbike, Diego Ballesteros solo piensa en descansar y preparar la siguiente etapa. Y es que el reto ocupa todo su tiempo. “No tengo tiempo para hacer turismo, tras los masajes me echo una pequeña siesta y al levantarme actualizo el blog para contar cómo ha ido la etapa y subir fotos”, explica.

El sueño: ser un olímpico

Cuando termine su aventura, Diego Ballesteros habrá unido Madrid con Londres en un handbike. Todo para demostrar que cualquier contratiempo en la vida se puede superar con esfuerzo. Cuando llegue a la ciudad olímpica conseguirá su objetivo, aunque no es la única meta que persigue.“Mi sueño es competir en unas olimpiadas. Sería un gran premio el competir en Río de Janeiro o Madrid -si la capital española consiguiese ser sede en 2020-” explica, “sin embargo soy consciente de que no soy joven y hay gente paraolímpica muy preparada”, prosigue.

“Los campeones están hechos de algo inmaterial que tienen muy dentro de ellos”, dijo una vez Muhammad Alí. Lo que parece claro es que Diego Ballesteros lleva uno dentro.