El montañero aragonés Carlos Pauner, que formaba expedición junto a Juanito Oiarzabal, Juanjo Garra y el argentino Ariel Perinetti, no tiene claro si alcanzaron el pasado viernes la cumbre del Shisha Pangma (8.027 metros).

En el relato que hace hoy en su página web a su llegada al campo base, afirma que tras superar con las últimas luces del día la cota 7.950 metros continuaron "ya en oscuridad" y llegaron "a una cresta que es lo último" que vislumbraron. Bajaron cuando creyeron haber llegado "a lo más alto". "Pero no estamos seguros. No importa".

Pauner recuerda que en la última jornada emplearon 22 horas y media para escalar la ruta elegida. "Estaba en unas condiciones deplorables" e insiste: "En la oscuridad de la noche no supimos si era el punto más alto u otro muy cercano. No me importa. Tengo la sensación casi perdida de haber escalado en el puro Himalaya".

Dado el corto periodo de duración del permiso para escalar el más bajo de los catorce ochomiles, que era de poco más de un mes, Pauner reconoce que deberá "volver algún día para verificar la cima como tiene que ser, con fotos, luz y taquígrafos".

Una circunstancia similar vivió el montañero jacetano en 1997 en el Broad Peak (8.047) que dio por hollada cuando junto al navarro Iñaki Ochoa de Olza se quedaron en una antecima a unos veinte minutos de caminata del punto más alto, lo que le obligó a reconquistarla en 2007.

Pauner ya cuenta con doce de las catorce cimas de más de ocho mil metros confirmadas en su haber, a falta de ratificar esta del Shisha Pangma, y en la próxima primavera del 2013 tiene previsto afrontar su último reto, el pico más alto del Mundo, el Everest (8.848).