La nieve no es necesaria para deslizarse por las montañas

El descenso por colinas de rocas y césped gana adeptos. Un vídeo de aragoneses rodado en 2015 creó escuela.

Álex Miguel, en las colinas de la frontera francesa.
Álex Miguel, en las colinas de la frontera francesa.
Pyrene Media

Con el cierre de las estaciones, los apasionados del esquí tienen dos opciones: viajar a otros países en busca de nieve o perder el miedo -y la estima hacia el material- para lanzarse por colinas de rocas y césped. En Aragón, esta práctica comenzó a ser conocida hace un par de años, con la grabación de un innovador vídeo en las proximidades de Astún y Candanchú. Su alma máter fue Mateo Sáez y estuvo protagonizado por la biesquense Ana Salvador y Álex Miguel, rider de Canfranc. Todos recuerdan aquella aventura como una “ida de olla”, pero el paso del tiempo ha demostrado que no estaban tan chiflados.

Pocos meses después, y con objeto de ensalzar que el modelo Q7 Quattro se puede adaptar a cualquier condición climatológica, Audi lanzó un anuncio en el que el famoso esquiador Candide Thovex descendía por laderas primaverales hasta acabar en el interior del coche. ¿Simple coincidencia? Probablemente, nunca lo sabremos. Lo que sí ha trascendido es que ambas filmaciones crearon escuela, y cada vez son más las personas que se interesan por probar la experiencia.

“Recibo muchísimas llamadas de amigos que me preguntan cómo se hace. Yo les digo que lo único que hace falta es tener ganas y temer poco las caídas”, explica Álex Miguel, que desde 2015 practica este particular esquí con cierta asiduidad. “Próximamente, cuando la nieve se convierta en hierba, aprovecharé para bajar por la ladera del Ibón de Truchas (Astún). Es una zona en la que da poco el sol y suelo acudir. Ya en verano, me quitaré el gusanillo por alguna montaña de Canfranc”, añade, antes de revelar algunas nociones técnicas.

“Los descensos son auténtica supervivencia porque el canto del esquí no agarra y te hace derrapar. Las curvas, a pesar de ir a menos velocidad, se deben tomar aumentando las precauciones y con delicadeza. Si no, te vas al suelo una y otra vez”, indica Miguel, y asegura que el snow no tiene nada que ver. “Al ir únicamente con un apoyo el control se hace más difícil. Ana -por Salvador- tuvo gran mérito en el rodaje porque las bajadas fueron entre golpes”, comenta, coincidiendo con la propia rider del Valle de Tena.

“Es lo más friki que he hecho jamás y no se me pasa por la cabeza repetir. Acabé con varios moratones y creo que con una vez ya basta”, recuerda Salvador, y subraya que “con la tabla no hay técnica que valga”. Menos aún cuando, para darle un toque más espectacular al vídeo, decidieron deslizarse sobre el asfalto de la carretera arrastrados por un coche. “Fue divertido y a su vez un disparate; imagínate cómo saltaban las chispas”, concluye, sobre una escena que fue rodada en un bosque de la frontera francesa.

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