Pablo Trasobares (1991) y Kosuke Fukatsu (1986) son, por el momento, los dos únicos fichajes de Ríos Renovables Zaragoza para la próxima campaña. A un mes del arranque de la competición oficial y con la pretemporada en plena ebullición, ambos trabajan para adaptarse a un bloque consolidado, que volverá a combinar juventud y veteranía bajo la dirección de Santi Herrero.

Trasobares da el salto desde el Colo-Colo de Segunda División B, donde ha desarrollado el grueso de su trayectoria. La llamada le llegó por "sorpresa", aunque era "consciente" de que, "al igual que otros jugadores como Juan Muniesa", venía rindiendo a un buen nivel. "He notado el cambio de categoría, pero creo que me estoy adaptando bastante bien. Mis compañeros me están arropando, y ya me siento uno más. Lo cierto es que se respira un gran ambiente", explica el ala-pívot zaragozano, que ya había compartido vestuario con Iván Bernad y Óscar Villanueva, y conocía a otros como Richi Felipe o Nano Modrego de enfrentamientos previos.

Sobre su rol en el equipo, confiesa que todavía no ha tenido una conversación privada en la que el cuerpo técnico le explique lo que espera de él: "Tanto Santi -por Herrero- como Marcelo Almeida (recién incorporado como segundo entrenador) están muy pendientes de los nuevos y de corregir nuestros fallos. Sin embargo, es pronto para definir lo que podemos aportar. Ellos hacen hincapié en la importancia de que demostremos buena actitud en cada entrenamiento, en busca de ganarnos el puesto".

En ese sentido, Trasobares considera que Fukatsu es un ejemplo a seguir: "Trata de aprender castellano rápidamente y se le ve con ganas de integrarse. En la pista es intenso y rápido; puede aportar mucho al grupo".

Cuando está a punto de cumplir 30 años, el japonés llega con intención de dar el nivel requerido en el fútbol sala español: "Tengo que estar preparado para hacerlo bien cuando el míster me necesite. Entreno con la ilusión de ofrecer y demostrar cosas en el juego. Confío en mis posibilidades", señala el ala-cierre procedente del Bardral Urayasu de su país, y agradece las "facilidades" que se le están ofreciendo en estas primeras semanas de adaptación.

"Estoy cómodo porque tanto los compañeros como el resto de componentes del club se están portando muy bien. Me apoyan y hacen que mi integración sea sencilla. La verdad es que desde el primero hasta el último están haciendo lo posible para que yo esté bien", celebra, y concluye asegurando que Zaragoza es la ciudad "perfecta" para vivir: "Me gusta mucho porque la gente es cercana y amable. Todos me están aconsejando y ayudando".