Marcus Walz: "Este oro es para toda España"

De padre inglés y madre alemana, recuerda que su "corazón es español" tras lograr el éxito olímpico, el "mejor momento" de su vida.

Marcus Walz (Oxford, 1994) no abandona nunca la sonrisa. Se le ha quedado perenne en el rostro desde que cruzara la línea de meta en la Laguna Rodrigo de Freitas, a los pies del Cristo del Corcovado. Posa sin pereza con los aficionados que le reclaman una foto, pero no suelta la medalla de oro en ningún momento. Es su tesoro. El metal por el que ha estado entrenando desde que se apuntara a piragüismo "para ver los peces de Porto Petro". Allí, en Mallorca, nació un sueño que hizo realidad y que el palista español repasa para este medio durante su trayecto de vuelta al hotel en Copacabana. Su móvil no para de sonar. "Está a punto de explotar, pero ya sacaré un rato para devolver todas las muestras de cariño". Habla tranquilo, como si tuviera 40 años aunque apenas pasa de la veintena. Aplomo singular que es su cualidad más importante sobre la piragua.


Pregunta. ¿Cómo se siente uno después de convertirse en campeón olímpico?

Respuesta. (Ufff, resopla). Describirle eso es imposible. No tengo palabras. Una pasada. Una sensación que no había experimentado antes. No lo sé. (Duda). Conseguir este oro es lo más grande. Siento alegría, pero esa palabra se queda corta.


P. Padre inglés, madre alemana, compite por España... ¿Usted se siente español?

R. Claro que me siento español, sin duda. Más español que ninguna otra cosa. Nací en Inglaterra porque mi familia es inglesa, pero llevamos muchos años en España, desde que era un bebé. Mi corazón es español y estoy muy orgulloso de que sea así.


P. ¿Cómo ha sido ese momento en el podio?

R. Es como que no te lo crees. Estas ahí, junto a otros dos grandes deportistas y sonando el himno de tu país. Es una emoción enorme. Y más viendo a toda la gente que estaba allí conmigo. Es una imagen y un momento que me quedarán grabados para toda la vida.


P. ¿Se lo esperaba?

R. No lo descartaba, pero no lo era algo que podía esperar. Era el más joven de la prueba. 21 años en el piragüismo no es nada. Quizá la idea en Río era hacerlo lo mejor posible, pero no estar luchando por la medalla. Mi objetivo era hacer la mejor carrera que pudiera. Lo demás ha sido un regalo.


P. Algunos de los que mejor le conocen apuntaban que podía luchar por el podio...

R. Quizá yo no quería verlo así. Prefería pensar en mí mismo y no meterme presión. Soy un tipo muy tranquilo y lo único que me propuse al terminar las clasificaciones era estar tranquilo y hacerlo bien.


P. ¿Durmió bien la noche anterior?

R. Sí, no como un día normal, pero más o menos bien. Lo más complicado ha sido mantener los nervios. Mantener la calma y hacer lo que sé que es palear rápido.


P. ¿Ha sido la carrera como la tenía pensada?

R. En lo personal, sí. La estrategia la tenía muy clara. No quería pensar en la medalla y sí en hacer la mejor carrera de mi vida. Cuando iba por la mitad, un poco retrasado, es donde he pensado que tenía que ser fuerte, que es algo que se me da muy bien. Tener la mente fría y seguir con esa lucha. Sé que tengo un final muy bueno y según iba pasando rivales me iba creciendo un poco más.


P. ¿Qué ha pensado al cruzar la línea de meta?

R. Ni lo sé. He pensado muchas cosas y ninguna. No me lo creía.


P. ¿Cuándo comenzó este sueño de Río?

R. Hace mucho. La verdad es que cuando empiezas en este deporte ni lo piensas. Luego vas quemando etapas y lo vas imaginando y cuando se hace realidad no lo puedes terminar de creer.


P. ¿Con qué edad empezó a palear?

R. Me apunté porque un amigo me lo dijo, cuando tenía 12 años. Él lo pasaba bien con la piragua y me iba con él por Porto Petro (en Mallorca) para ver los peces. Poco a poco me fue gustando y vi que el club tenía una parte de competición, así que me apunté y... hasta hoy.


P. ¿Sigue teniendo contacto con ese amigo?

R. Bueno, desde que me vine a Madrid a entrenar a la Blume he perdido un poco de contacto, pero sin duda que esta medalla es también un poco suya, así que Ángel Llaneras, también va por ti.


P. ¿A quién más se la dedica?

R. Va para la gente que lo ha vivido conmigo durante todos estos años y para toda España. Para mí es un honor sumar un oro al medallero español. Un orgullo ser parte de la historia del deporte de mi país.


P. ¿Qué es lo primero que hará cuando llegue a Mallorca?

R. Lo que quiero es abrazar a todos mis amigos y a mi familia que no ha podido estar aquí e irme a la playa a disfrutar de las vacaciones. Esas playas en las que fue creciendo en parte este sueño que he hecho realidad en Río.


P. ¿Qué recuerdo es el que se lleva de aquí?

R. No es un recuerdo solo. A partir de ahora, cuando piense en Río, pensaré en el mejor momento de mi vida. Río estará para siempre en mi corazón

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