Mariano Ortega vuelve a la cancha

Mariano Ortega se acerca a la pista. El actual segundo entrenador del CAI Aragón, que se retiró como jugador el pasado verano después de una extraordinaria carrera, lleva más de una semana entrenando de nuevo como jugador. El regreso de un histórico de la Asobal sería muy bien visto desde el club, habida cuenta de las abundantes lesiones que sufre la plantilla del equipo naranja. Esta merma se agrandó ayer con la lesión de Iago Muiña, que permanecerá alrededor de un mes de baja. Muiña se desenvuelve en la lateral derecho, el mismo puesto en el que Ortega ha impartido cátedra en los últimos 15 años.

Muiña sufre una rotura del tendón extensor del cuarto dedo de la mano izquierda. Su lesión quizá significa un motivo más en la probable vuelta de Mariano Ortega. Razones hay, y no pocas, para que Ortega se vuelva a calzar las zapatillas. La principal reside en la ausencia de un líder que guíe a un equipo que debe volver al redil cuanto antes.

Ortega siempre se ha desenvuelto como lateral derecho. Ahora quizá ha perdido potencia de lanzamiento. Los años le pesan también a él, un profesional modélico que se ha cuidado con mimo durante su larga carrera. Pero Mariano Ortega ya cuenta 37 años. Su misión ya no debe ser lanzar y defender al lanzador rival, sino portar la brújula de un colectivo para rendir a bastante mayor nivel que el hasta ahora manifestado. Todo el mundo ve en él al central que aporte sosiego y mesura.

Mariano Ortega defendió la camiseta de la selección nacional española hasta hace apenas tres meses. Incluso estuvo atento a la lista de espera de Juan Carlos Pastor para los Juegos Olímpicos de Pekín del pasado verano. Es decir, continúa perteneciendo a la jerarquía del balonmano español. Su vuelta a la cancha ya se ha producido en los últimos días para participar de forma activa como jugador en los entrenamientos del CAI. En el pabellón Príncipe Felipe ha vuelto a jugar Ortega. La fecha, el momento, el modo en el que se producirá su regreso como jugador está en sus manos, aunque se considera inminente.