En cuatro días, tras jugar en Gijón y frente al Getafe, se ha borrado la preocupación que generó el mal partido con el Valladolid.

Entre los aficionados puede ser que sí, pero al cuerpo técnico no nos creó dudas esa derrota porque vimos cuál era el compromiso del equipo. Pese a que, es verdad, resultó muy doloroso perder ese día.

Pero usted tenía miedo a jugar tres partidos en siete días con tan pocos jugadores útiles.

Es cierto. Tras jugar contra el Valladolid, habíamos quedado muy limitados en cuanto a efectivos. Y eso nos generó dudas sobre cómo íbamos a responder desde el plano físico frente al Sporting y el Getafe. Ahora, estamos llenos de satisfacción por ver el grandísimo rendimiento que ha dado el equipo.

Esa es la mejor sensación. Hacía mucho tiempo que el Zaragoza no funcionaba tan bien como equipo.

Mi teoría es que los equipos se hacen desde la colectividad, desde la solidaridad, desde el compromiso. A partir de ahí, la calidad de cada uno puesta al servicio del grupo es la que hace que un equipo tenga un funcionamiento correcto. Estos jugadores han asumido desde el principio esta forma de trabajar y el domingo demostraron que quieren y saben hacerlo.

Se le aprecia feliz por esta respuesta de la plantilla.

Realmente, es muy gratificante para un entrenador ver un partido tan completísimo como el que hicimos frente al Getafe. Mucho.

¿Este es el rostro que debe tener el equipo durante todo el año de acuerdo al perfil de los jugadores que se han quedado en el plantel tras el peculiar verano vivido?

Está claro que sí. Si somos capaces de hacer muchos partidos del nivel que dimos ante el Getafe, estaremos en un camino magnífico. Pero va a ser difícil. Es complicado tener un juego tan continuo durante los 90 minutos, siendo eficaces y brillantes a la vez. Pero esta es la idea, desde luego.

En estos duros inicios, ¿qué es lo que más satisfacción le provoca al entrenador?

Independientemente de estos últimos dos partidos, lo que más satisfacción nos da es el grado de identificación de la plantilla con el método que trabajamos. Estamos muy por encima del nivel que dio el equipo el año pasado en ese sentido. Hay un grupo humano muy bueno, sobre todo entre ellos. Y eso es vital en un equipo. Cuando hay una comunión entre jugadores y técnicos tan grande, se está transitando por una vía adecuada para obtener el éxito al final del año.

Paredes, Pulido, Songo'o, Ewerthon, Pavón, Arizmendi... En principio, había riesgos de roces por la situación vivida por todos ellos este verano, cuando se les instó a buscarse otro equipo.

Su reacción posterior al 31 de agosto es una prueba de que se ha producido una piña en el vestuario. A esto jugadores se les habló claro sobre su situación desde el primer día, pero una vez concluyó el mercado de verano, todo se ha aclarado y ellos se han dado cuenta de que son uno más en la plantilla. Los hechos son coherentes. No se les ha engañado. Han vivido momentos duros, pero son las cosas que se dan en el fútbol. Ahora que están aquí definitivamente, nadie duda de su actitud.

La respuesta de Abel Aguilar en la media punta es todo un descubrimiento. ¿Puede acabar modificando el sistema de juego?

Depende de los delanteros que tengamos en el futuro y del rendimiento que nos den. Ahora mismo, la pauta es clara. Cuando un equipo funciona bien, hay que seguir actuando igual. Pero ya tenemos a Ewerthon y, enseguida, espero tener a Lafita. Habrá otras variantes nuevas, más opciones, y el día a día nos irá diciendo cuál es la mejor.

¿Le preocupa la debilidad física de Pennant, con problemas desde su llegada en julio?

No me preocupa, aunque esperábamos que respondiera mejor de lo que lo está haciendo. Sus problemas son consecuencia de la parte final de la temporada pasada en el Portsmouth, donde trabajó con muy poca exigencia física. Y ahora le pasa factura. Además, le falta adaptación, algo que ya sabemos que a los ingleses, cuando vienen a España, les cuesta más que a otros jugadores. Espero que mejore y pronto rinda de manera acorde a su calidad técnica.

La adaptación de Obradovic es otra gran preocupación.

Es un chaval muy joven que necesita cariño. Su familia va a venir de Serbia dentro de pocos días para estar con él y eso será importante. No sé si para quedarse definitivamente, pero sí al menos pasarán grandes temporadas en Zaragoza. Además, creo que Obradovic va a hablar y entender el español mucho antes que Pennant, tal y como nos indican casos anteriores con futbolistas de esta nacionalidad. Está claro que necesita compañía.

Toca pensar ya en el siguiente partido. El sábado, en el campo del Atlético, que llega en crisis y muy necesitado de ganar. ¿Cómo lo ve?

Yo hubiera preferido ir allí en otras condiciones, con el rival menos alborotado. Con el Racing ya me tocó ir en circunstancias similares a ese campo y nos acabaron ganando 4-0. El ambiente hostil, la presión que tendrá el Atlético, es arma de doble filo para nosotros. Al final, se trata de un gran equipo, con una tremenda pegada. Si sus tres o cuatro grandes jugadores despiertan a la vez, son capaces de todo. Espero que eso no ocurra. Pero no podemos ir confiados.