CAI ZARAGOZA

Manos a la obra en el exilio

El CAI ya trabaja duro en su concentración de Viella para mejorar las sensaciones. Abós, consciente de ello, exigió intensidad.

Entrenamiento matinal del CAI Zaragoza.
Manos a la obra en el exilio
E. COSCOLíN

Las primeras horas en la localidad ilerdense de Viella evidencian el enorme margen de mejora que tiene el CAI Zaragoza. Lo visto hasta la fecha no convence ni mucho menos. Las excusas de los que faltan o de la escasez de entrenamientos se han terminado. Todos lo saben y el primero el entrenador, un José Luis Abós que en sus declaraciones disculpa lo presenciado en los amistosos, pero en los entrenamientos deja muy claro que quiere mucho más. Sus continuos gritos en la sesión vespertina de ayer, casi siempre pidiendo intensidad y exigiendo que sus hombres se entregaran en defensa muestran que no está del todo satisfecho. Y su equipo se ha puesto manos a la obra para remediarlo y lo ha hecho en su particular exilio del Pirineo.

Porque una cosa es el buen ambiente que se respira en el 'stage' veraniego y otra la seriedad con la que se debe tomar uno el trabajo. Han sido dos semanas de trabajo, dos amistosos, dos derrotas y escasas ráfagas de buen juego o de inspiración.

Pero más allá del acierto en el tiro, de los pocos sistemas que se juegan por el momento o de los resultados, lo que a todo técnico le incomoda es ver que sus hombres no dan el cien por cien en cada entrenamiento o en cada encuentro. Ahí es cuando salta la chispa.

Y Abós les dio a sus chicos el margen de la mañana. El viaje desde San Julián de Vilatorta había sido largo, la expedición llegó al hotel Husa Tuca pasada la una de la madrugada. Por eso concedió una mañana bastante distendida. Una sesión en el jardín del hotel de ejercicios de recuperación despertaron las risas entre los rojillos.

Y es que el trabajo también puede ser divertido, y a las órdenes del preparador físico Isaac López el grupo se recuperó del esfuerzo de la víspera.

Pero la carga dura, la de verdad llegó por la tarde. En el palacio de los deportes de Viella el cuadro zaragozano tomó contacto con la cancha y con el trabajo duro. Allí se despertó la bestia que todo entrenador lleva dentro cuando no le gusta lo que ve y Abós dirigió un entrenamiento de dos horas en el que hizo sudar la gota gorda a sus pupilos.

Al más mínimo síntoma de dejadez, de falta de intensidad y agresividad su voz retumbaba en la moderna instalación. Que pedía una cosa y no ocurría, a correr se ha dicho.

Uno de los jugadores que mñas le conoce, el base Joan Riera, reconocía al final de la sesión que "hoy es cuando hemos empezado el trabajo de verdad de pretemporada" y lo hacía tras confesar que las dos primeras semanas le habían parecido "bastante suaves".

El técnico rojillo quiere que sus hombres se vayan conociendo y por eso ordenó varios ejercicios de dos contra dos, tres contra tres, cuatro contra cuatro y terminó dividiendo a los suyos en dos equipos y jugando a toda cancha.

Pero también desea que su plantilla luche, pelee cada balón y sepa sufrir en la pista. Por eso añadió algún ejercicio de lanzar un balón y que salieran dos de sus hombres a pelearlo hasta por los suelos.

Y defensa. Claro. Sin eso, sin proteger tu aro poco se puede hacer en una competición como la ACB. Todo el mundo lo sabe y el entrenador zaragozano no se cansa de repetirlo tantas veces como sea necesario. "Defensa, fuerte, presiona el balón...", insistía a cada momento.

Lo de ayer es la base de trabajo de toda la preparación, lo mínimo que se va a exigir. Profesionalidad, intensidad, agresividad, lucha, carácter... Todo son señas de identidad de un grupo y Abós trata de inculcárselas a sus chicos, especialmente a los más jóvenes.

Una de las notas más positivas del día fue la incorporación a los entrenamientos del brasileño Rafael Hettsheimeir, quien estaba lesionado con una microrrotura muscular. El pívot realizó con normalidad los ejercicios matutinos y en la sesión vespertina trabajó con el resto de sus compañeros salvo en el cinco contra cinco final, cuando aprovechó para hacer una serie de estiramientos por su cuenta.

El jugador se encuentra mejor y casi con toda seguridad estará en el duelo del próximo viernes ante el DKV Joventut.

Él mismo afirmaba tras la sesión que está "mejor. He entrenado con intensidad casi todo el rato y me he sentido bien. Espero seguir progresando y jugar el próximo amistoso".

Pendientes de los mundialistas

Y mientras el grueso del equipo está concentrado en Viella, tres de sus miembros siguen lejos de aquí. El belga Sam Van Rossom se incorporará en las próximas fechas, ya que ya ha terminado con éxito el Preeuropeo defendiendo la camiseta de su selección.

Por otro lado, tanto David Barlow como Paolo Quinteros siguen disputando el Mundial, una cita que se sigue con interés desde Viella. El australiano aprovechó los 17 minutos que estuvo en cancha y anotó ayer ocho puntos en la victoria de su equipo ante Alemania. Mientras, el argentino Paolo Quinteros convirtió siete puntos en el triunfo de la albiceleste sobre Angola (70-91). El de Colón no estuvo muy fino en el tiro (1 de 4 en triples).