SD HUESCA

Mala nota en Haro

Los azulgranas caen ante el Mirandés en el comienzo de la concentración en Logroño. Primera derrota de Royo en un flojo partido.

Corona pugna el balón con un jugador del Mirandés durante el amistoso celebrado ayer.
Mala nota en Haro
EL CORREO

Primera derrota para el Huesca de Ángel Royo, que suspendió su examen ante un muy buen Mirandés en el comienzo de la concentración en Logroño. Los azulgranas completaron el partido más flojo de esta pretemporada y no prolongaron las buenas sensaciones que dejó el triunfo sobre el Villarreal B, pero solo era un test más y ahora es el momento idóneo para la autocrítica y las correcciones. Ojalá este tropiezo sirva para responder de verdad cuando importe, cuando haya puntos en juego. Los oscenses registraron el debut de Rafa Clavero en el lateral izquierdo, con el dorsal 4 que hereda de Marcos, y la reaparición Gilvan. Se avecinaba un duelo exigente, sazonado con un calor insoportable y un terreno de juego seco como los campos de Arizona.


Al Huesca le costó conectar con la tarde. O lo que el lo mismo, hilvanar el fútbol que pretende el técnico monegrino. Se trata de coger minutos cuanto antes y que aquellos que van a partir como titulares en el campeonato se asienten en sus puestos y vayan ganando en soltura. Ni unos ni otros generaron un peligro claro en la primera mitad.


Los azulgranas se repusieron de esa rigidez inicial dentro de un 4-1-4-1 cuando los centrocampistas hallaron la forma de conectar con las bandas y estas con Torreta. Una escalera para ascender al buen juego, al efectivo de verdad. Un ariete como el madrileño necesita centros y buenos envíos como el comer, y de ello se fueron encargando con el paso de los minutos sus compañeros para acaparar un par de disparos mansos.


La reanudación no ofreció mejores noticias. Al contrario. Royo ejecutó los seis cambios posibles (no se habían vestido ni Bernardo ni Tariq, y Larrosa permaneció en el banco) y un penalti en el 48 adelantó al Mirandés. La colegiada decretó mano de Javi Martínez, uno de los nuevos, que formaba parte de la barrera para proteger a Cabrero de un lanzamiento de falta y Pablo ejecutó la pena máxima a la derecha del de Bolea.


Este nuevo Huesca contó con Garcés y Vázquez como laterales ofensivos y Ekhi acompañó a Corona; Lluís reforzó las labores de Sorribas, con Camacho y Molina cerrando con el balear una línea de tres y Javi en pruebas con Roberto en la vanguardia. El fútbol siguió en barbecho, con poco peso en el área rival y ocasiones claras y continuadas del Mirandés, como una falta lanzada al larguero por Agustín. Con los cambios en las posiciones, Camacho se ubicó más cerca de Roberto. Javi se pegó a la banda derecha y Molina basculó por la izquierda.


La percepción fue idéntica y la amenaza del 0-2, constante. Entre el palo y Cabrero salvaron un cabezazo de Caneda mientras los celestes seguían rebasando a la defensa azulgrana una y otra vez. En ataque, Roberto y poco más. Espesura. Para colmo, Corona fue expulsado a cinco minutos del final por discutir el discutible arbitraje de Porro. La oportunidad de levantarse y recuperar el tono es inmediata e ilusiona: Osasuna espera en Tafalla a partir de las 19.00.