BALONMANO

Lozano, bandera del CAI

El conjunto naranja se presenta esta tarde (19.00) ante su afición en un atractivo torneo triangular con el Granollers y el Grosswallstadt. Estreno de Demetrio, Val y Masachs.

Demetrio Lozano lanza en suspensión.
Lozano, bandera del CAI
HERALDO

Un lustro después de su aparición en la elite, el CAI Aragón se presenta de nuevo. Atrás quedaron los tiempos de los primeros fichajes, operaciones en las que casi tanto importaba su calidad como su capacidad de convocatoria. Todos, movidos por el deseo de la primera vez, nos dejamos conmover por Zaky, por Doder, por Ortega, hasta por Borja Fernández 'Hispano'. En el pabellón Príncipe Felipe nos reuníamos 5.000 fieles. Crecíamos y no parábamos de crecer. Llegamos a la Copa del Rey, y luego a la EHF. Había tela marinera, parné. Ricardo Arregui fichó todo lo que se movía: Arrhenius, Vatne, Stankovic, Cartón... Incluso negoció con Manolo Cadenas, que finalmente firmó por el Barça para desgracia suya y del CAI Aragón. Nos robaron una Copa de EHF en Magdeburgo. El paso del tiempo obliga a mudar los objetivos, las ilusiones. Mudaron los dirigentes. También el entrenador: Ortega por Kosovac. El brillo inicial, tan atrayente en los años primeros, dio paso a un balonmano más colectivo, menos individualista. En cierta forma, Ortega pretende desarrollar el balonmano que él interpretó como jugador. Nunca fue una estrella. Sí un extraordinario jugador de equipo.


El sensacional inicio de la pasada temporada alimentó unas expectativas despeñadas por completo en el tramo final. La séptima plaza liguera y, sobre todo, la exclusión de Europa, generan ahora un ánimo reivindicativo. El club que preside Domingo Aguerri, ejemplar en la gestión económica, necesita regresar a la zona noble de la Asobal. Con esa ambición nace la actual temporada. Los fichajes (Lozano, Val y Masachs) robustecen la apuesta de Ortega por el juego colectivo. La estrella incorporada, Demetrio Lozano, jamás desarrolló un juego individualista. Ha militado en los mejores clubes de Europa (Ademar, Barça y Portland) siempre desempeñando un rol grupal: notable defensor y lanzador selectivo. Ése es el papel que se le pide en el nuevo CAI Aragón.


También ha regresado Alberto Val, el ingenuo chaval que se ha hecho un hombre en Torrevieja. No solo suma con 208 centímetros, que es mucho sumar. Cada vez defiende con más criterio. Si las pilla en ataque, puede marcar un época en el balonmano español. A sus años, Andrei Xepkin no se sabía girar... Fundamental en el CAI Aragón 2010-11. Masachs también llega a la esquina derecha para acompañar a Cartón.


El espinazo del equipo se mantiene. Hay portería. Y dos jugadores más que aceptables por puesto. El rendimiento volverá a depender de que Larsson se ponga las pilas y que Grebenar repita la primera vuelta del pasado curso. En el costado de los zurdos, Stankovic continúa lesionado. Es la hora de Maqueda. Demetrio Lozano portará la bandera. La única rémora conocida es la lesión de Arrhenius, merma todavía de incalculable valoración.


Rival directo

Todos los deseos anteriores, deberán ser confirmados a partir del próximo 10 de septiembre. La temporada arrancará en Granollers, rival de esta tarde (19.00) junto al Grosswallstadt alemán en el torneo triungular Ciudad de Zaragoza. Fuera de Europa, con una potente plantilla y con un técnico ambicioso como Manolo Cadenas, el Granollers aparece como rival directo del CAI Aragón en su objetivo de aproximarse a los grandes. Apartados el Ciudad Real y el Barcelona del resto de los humanos, los rivales del careo de esta tarde aspiran a competir con el Valladolid y el Ademar León. A diferencia de los conjuntos que gestionan Juan Carlos Pastor y Jordi Ribera, respectivamente, no sufrirán el factor fatiga de la competición europea, que también lo padecerán el Naturhouse La Rioja y el Amaya Sport de Pamplona. Con este preámbulo, con la inminencia del enfrentamiento que estrenará la Liga Asobal, no es probable que ninguno de los entrenadores muestre todas sus cartas en la tarde de hoy, en un torneo de notable calidad que llega en plenas vacaciones.