COPA DEL REY DE BALONMANO

Los errores del CAI facilitaron el triunfo a un Barcelona que sufrió al final

El F.C. Barcelona se convirtió en el último semifinalista de la Copa del Rey al derrotar al conjunto anfitrión, el CAI Balonmano Aragón, en un partido que parecía haber resuelto con comodidad gracias a los numerosos errores que cometió el equipo local durante todo el encuentro, pero que se le complicó al final ante la reacción de su oponente.


El CAI gozó de seis superioridades numéricas, dos de ellas dobles, y no fue capaz de aprovechar ninguna de ellas, lo que demuestra las facilidades que tuvo el Barcelona para sacar la eliminatoria adelante.


Después de que el CAI regalara prácticamente la primera mitad a su oponente, y parte de la segunda, renació de sus propias cenizas cuando parecía que ya no había nada que hacer y llegó a colocarse a un sólo gol del equipo azulgrana (33-34) en el minuto 55, aunque de nuevo sus errores, y en este caso gozando de superioridad numérica, le condenaron a la derrota.


El conjunto entrenado por Manolo Cadenas inició el encuentro a remolque debido a una excelente salida al campo de su oponente, pero en apenas once minutos le había dado la vuelta al marcador y ya tenía una buena renta (5-9).


A pesar de las pérdidas de balón, y de los errores defensivos y ofensivos, el CAI Aragón consiguió acortar distancias en el minuto 25 (13-14) pero la velocidad de los dos extremos del equipo catalán (Juanín García y Albert Rocas) dejó al descanso una diferencia muy complicada de remontar para los locales (15-20).


En el segundo tiempo el conjunto barcelonés se limitó a intercambiar goles con los propietarios del terreno hasta que en una reacción de orgullo el conjunto maño le fue comiendo poco a poco la diferencia al Barcelona, hasta que en el minuto 25 se puso a un gol (33-34).


Cuando parecía que el equipo de Veroljub Kosovac tenía a su alcance la remontada volvió a fallar, como había ocurrido en el primer periodo, cuando mejor lo tenía, en dos superioridades, la última de ellas con dos jugadores más, que acabaron por regalarle la victoria a su rival.