Chasco enorme en la secretaría técnica del Real Zaragoza. Pasó la jornada del miércoles y no se pudo anunciar, como estaba previsto, que Juan Pablo Caffa es nuevo jugador zaragocista. Hasta el mediodía de ayer, la operación entre ambos clubes estaba encarada en positivo y se pensó que, a mitad de tarde, el acuerdo sería un hecho. Pero el presidente del Betis, Manuel Ruiz de Lopera, haciendo honor a su fama de duro y puntilloso en cualquier trato, decidió incluir en la cesión una cláusula de penalización en el caso de que Caffa no juegue un número elevado de partidos como titular y, ahí, el Real Zaragoza se vio obligado a parar las conversaciones.

Lopera quiere asegurarse de que el interior argentino no viene a Zaragoza a ser uno más y pretende que Marcelino esté presionado por contrato a la hora de introducir al jugador en el once inicial.

Tras muchas horas de discusiones llevadas a cabo el pasado martes, el Zaragoza ya había transigido y estaba decidido a aceptar que Caffa venga cedido sin ninguna opción de recompra el próximo 30 de junio (fue el primer motivo de rozamiento serio en el discurrir de este convenio, que acabó decantándose del lado del interés de los andaluces). Pero, cuando parecía que, con esa postura de asunción por parte zaragocista, el camino quedaba libre para firmar el pase de Caffa al club blanquillo, surgió la nueva idea de Lopera de penalizar al Zaragoza si su jugador no juega determinado número de partidos durante el año (la cifra exacta no la especifica ninguna de las partes, pero todos admiten que es "muy elevada") y el apretón de manos se desvaneció de inmediato.

En el Real Zaragoza quedaron bastante escaldados con la reciente experiencia vivida con Gerard Piqué y el Manchester United, con quienes ya se asumieron hace dos años unas circunstancias similares a las que ahora pide Lopera con Caffa, y no hay ninguna intención de repetirla.

El representante, sorprendido

Antonio Barrera, el representante en España de Caffa -en Argentina, su mentor es Mariano Strazzulla- reconocía anoche su sorpresa por el parón vivido en la tarde de ayer en una cesión que estaba prácticamente pactada: "Todos esperábamos haber hecho público hoy (por ayer) que Caffa se iba al Zaragoza. Pero por la tarde ha sido imposible dialogar con nadie del Betis y la solución queda pendiente", dijo. Barrera, que también representa a Marco Babic, otro de los jugadores -como Caffa- que pueden salir cedidos porque no los quiere Paco Chaparro en la plantilla verdiblanca, mostró su preocupación por el súbito frenazo de la operación: "Lopera es así y ya me pasó algo similar con Babic la semana pasada. No sé por dónde puede derivar esto", comentó con tono de preocupación.

Mientras, Pedro Herrera y su adjunto, Antonio Prieto, aparecieron en La Romareda a las 19.30 y vieron in situ el entrenamiento del equipo hasta pasadas las 21.00, sin posibilidad alguna de desatascar el trato. Y Agapito Iglesias disfrutó de sus minivacaciones paseando entre Cambrils y Vilafortuny a la espera de unas novedades que quizá se produzcan hoy jueves.