CEREMONIA DE INAUGURACIÓN

Locos por el Mundial

África vibra con el torneo y homenajea a Mandela, ausente ayer por la muerte de una biznieta en accidente de tráfico.

Locos por el Mundial
Locos por el Mundial

No era una llamada intempestiva al móvil, ni el ruido de la televisión, ni una alarma que avisaba de la presencia de los 'cacos' en la habitación bien entrada la madrugada. Simplemente, el sonido atronador de las vuvuzelas que invadió Sudáfrica desde la noche anterior al arranque del Mundial y que no dejará de 'animarlo' hasta su conclusión. Contaminación acústica pura y dura. Pero como para quejarse.


Cocineros, recepcionistas y demás empleados de los hoteles, soplaron su inseparable instrumento en un sinfín de hoteles, sobre todo en los reservados por la FIFA para las delegaciones oficiales y medios de comunicación. Desayunos animados, acompañados de bailes típicos, movimientos insinuantes y esa trompeta de enorme valor simbólico, ya que representa a las viejas bocinas de los trenes de vapor en los que, según cuentan, los esclavos acudían a sus trabajos.


Las horas previas al arranque de este campeonato histórico fueron la locura. Una marea amarilla invadió las estaciones de tren y colapsó las carreteras. A las diez de la mañana, seis horas antes del choque inaugural, el colapso de tráfico fue tal que el autobús tardó más de dos horas desde Sandton al Soccer City de Soweto, dos barrios que marcan el brutal contraste de Johannesburgo. En plena autopista, entre carril y carril, las gente se arremolinaba vendiendo banderas, vuvuzelas y cualquier objeto representativo del Mundial. Los arcenes estaban invadidos. Las sirenas de los vehículos policiales sólo alimentaban el insoportable ruido.


Cuando por fin se llegaba a Soweto, a un kilómetro del estadio levantado en una especie de desierto de arena, la imagen resultaba impactante. Inmensas vallas de seguridad, alambradas de la vergüenza y abuelos, niños y hasta bebés asomados para saludar al gentío y dar la bienvenida a ese Mundial soñado.


Ya en la inmensa calabaza que también albergará la final, los ritmos y danzas africanos protagonizaron la ceremonia de inauguración. Un acto en el que se echó en falta la figura de Nelson Mandela, ausente por la muerte el pasado viernes de una bisnieta de 13 años, Zenani, en un accidente de tráfico al regresar del concierto. El chófer del vehículo ha sido detenido y acusado de conducir ebrio. El concierto tras el que perdió la vida Zenani había sido un auténtico homenaje a su bisabuelo.


El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, y el Comité Organizador del Mundial de Fútbol enviaron sendos mensajes de pésame a Nelson Mandela. "Todo el mundo en la FIFA ha quedado profundamente apenado al saber de la trágica muerte de Zenani", señaló en un breve comunicado la organización rectora del fútbol mundial. Debido al suceso, el ex presidente de Sudáfrica y Premio Nobel de la Paz no asistió finalmente al partido inaugural del Mundial.


La alegría de los anfitriones por albergar el primer Mundial de la historia en África se vio empañada por la noticia. Pese a todo, Sudáfrica se sobrepuso a la tragedia y la fiesta continuó. Dio hasta miedo observar una espectacular exhibición aérea, con tres cazas supersónicos y otros cinco aviones que hicieron acrobacias antes de llenar el cielo de los cinco colores de la bandera sudafricana (verde-rojo-amarillo-azul-negro-blanco).


Con trajes tradicionales y mucho color, distintos grupos mostraron el enorme abanico de músicas continentales, desde Sudáfrica al Magreb, mientras el estadio iba llenándose de forma paulatina de espectadores ansiosos y retrasados por el tráfico. Se llegó hasta los 90.000 espectadores.


Estrellas invitadas


Entre las estrellas invitadas, el trompetista sudafricano Hugh Masekele, el estadounidense R. Kelly, el argelino Khaled y el nigeriano Femi Kuti hicieron bailar a una hinchada más que motivada. Las tribunas naranjas y oro del Soccer City saludaban así un hito inolvidable: por primera vez, el Mundial de fútbol llega a África, tras años de dudas, polémicas e interrogantes.


La estrella del R&B (rythm & blues) R. Kelly cantó acompañado de voluntarios que llevaron las 32 banderas de los países participantes, en orden alfabético. Terminaron con un sonoro "South Africa" que desató la histeria colectiva. Mandela había pedido incluir en el espectáculo una canción británica titulada 'Hope' (Esperanza), que debía ser interpretada por el joven tenor sudafricano Siphiwo Ntshebe.


Su deseo no pudo cumplirse, ya que el intérprete murió el 25 de mayo a los 34 años, víctima de una meningitis. Otro Premio Nobel de la Paz sudafricano, el ex arzobispo anglicano de Ciudad del Cabo Desmond Tutu, sí participó de la fiesta a sus 78 años. Lució, como uno más, la llamativa camiseta de los 'Bafana Bafana'.


En una intervención sobre el césped, minutos antes de ese partido, los presidentes de la FIFA, Joseph Blatter, y del país, Jacob Zuma, inauguraron de manera oficial este certamen único. "¡El Mundial está en África, en Sudáfrica! Incluso aunque no esté aquí, el espíritu de Mandela se encuentra en el Soccer City", comentó Blatter. "Quería venir, pero desgraciadamente sufrió una tragedia en su familia", explicó Zuma. "El espectáculo debe comenzar, ¡disfrutadlo!", apostilló. Repitió el mensaje que le había pedido transmitir al público el héroe del campeonato.


Mientras, las agencias de viajes especializadas prevén que cerca de 20.000 españoles viajarán a Sudáfrica con motivo del Mundial, teniendo en cuenta que sólo el año pasado 10.000 lo hicieron a la Copa Confederaciones de la FIFA, que también se celebró en el país africano. Ante estas expectativas, las aerolíneas han triplicado el número de vuelos en previsión de la asistencia de aficionados de la 'Roja'. La mayoría de españoles viajará en grupo, aunque en los últimos meses han proliferado las páginas web y grupos en las redes sociales de personas que buscaban compañeros de viaje.