ESQUÍ

Las razones de Leyre

La esquiadora aragonesa asegura sentirse "como una marioneta que va sin rumbo". Se muestra muy desencantada con el trato recibido por la Federación Española de Deportes de Invierno y expresa su deseo de "formar parte de unos futuros Juegos Olímpicos".

Leyre Morlans contó en su comparecencia con la compañía del director general de Deportes de Aragón, Álvaro Burrell, aunque no se sentó junto a ella en la mesa. El dirigente expresó “la sensación agridulce” que le transmitían las palabras de la esquiadora. Por un lado, por cómo se ha llegado a esta situación -“se dan una serie de circunstancias para que la Federación se siente y analice, internamente, si el procedimiento técnico de estos años, no solo con Leyre sino con el resto de circunstancias que se van conociendo, es el más apropiado”, resaltó-; y por otro, por su futuro deportivo -“posee un gran potencial, es joven y todavía le quedan al menos diez años de esquí a un alto nivel”-. Burrell fue rotundo: “No podemos permitirnos que una esquiadora, de 22 años, se retire con esta sensación”. Así, pidió a la RFEDI, que preside el aragonés Eduardo Roldán, que abra un periodo de “reflexión y que entable un diálogo”. “Vamos a ver entre todos qué somos capaces de ofrecerle a Leyre para que continúe con su formación como deportista de alto nivel”, añadió.


“Prefiero mil descensos a esto”. Leyre Morlans respiraba tranquila a las once de la mañana. Se sentía aliviada. Ya había pasado lo peor. “Esto”, una rueda de prensa. La esquiadora, zaragozana de nacimiento, panticuta de corazón, quería hablar de su “situación”; necesitaba expresar sus sentimientos porque a la deportista le han “quitado” los Juegos Olímpicos de Invierno, los que comienzan mañana en Vancouver. Y Leyre está contrariada. Y en un arrebato anunció el pasado lunes que dejaba la competición. “Un calentón”, como reconocía ayer ante los medios de comunicación en el Salón de Actos de la Casa de Federaciones Deportivas Aragonesas en Zaragoza. Arropada por el director general de Deportes del Gobierno de Aragón, Álvaro Burrell; por su madre, Pilar Aguilar, la que mejor comprende la tremenda tristeza que embarga a su hija. Leyre Morlans, de 22 años, sigue meditando guardar los esquís, pero abre un periodo de reflexión, un “paréntesis para pensar”, para ver si se puede “reconducir” su postura. La esquiadora expuso ayer las razones que le llevaron a tomar la drástica decisión.


1 CAMBIO DE LOS CRITERIOS DE SELECCIÓN. “Me había clasificado en dos especialidades (descenso y supergigante), y hace siete días cambian totalmente los criterios. Me entero que la selección se hace con las cuatro disciplinas, dos de las cuales llevo dos años sin practicar (gigante y eslalon), y nadie dice nada, no sé si para perjudicarme. En ese momento, y pensando todo lo que ha pasado los últimos años, no tenía un porqué para seguir esquiando. Después de dos años al máximo nivel en la Copa del Mundo, y viendo que no podía evolucionar, es cuando pienso en la retirada”.


2 FALTA DE COMUNICACIÓN. “Después de cuatro años preparándome para las Olimpiadas, no me han ofrecido en este último año información sobre los criterios de clasificación para asistir a la cita. La comunicación que ha habido entre la Federación (Española de Deportes de Invierno) y yo no ha existido, hasta el punto que he llegado a finales de enero sin saber qué tenía que hacer para ser seleccionada para los Juegos (de Vancouver); enterándome por la Prensa si estaba en la lista o no. No entiendo cómo se ha llegado a esta situación. Me he sentido como una marioneta que va sin rumbo, sin un plan fijo”.


3 NULA PLANIFICACIÓN. “Llevo ocho años en el equipo nacional y he tenido ocho entrenadores diferentes -tres en el último mes-. Dos años sin una planificación, ni explicaciones, ni un programa para llegar a la elite. Todo es improvisación. La comunicación llega desde la Federación, pasa por un coordinador y llega a un entrenador. Éste, muchas veces, para hacer de ‘pantalla’ o de ‘escudo’ para un atleta, decide comunicar las cosas o no. Ellos tampoco creo que supieran los criterios para la clasificación a los Juegos que al principio de temporada se deberían de haber expuesto”.


4 SIN EXPLICACIONES DE EDUARDO ROLDÁN. “Después de dos semanas en casa, de ver por la Prensa que no iba a los Juegos, que había salido una plaza más e iba otra compañera (Andrea Jardi), decidí llamarle (al presidente de la RFEDI, Eduardo Roldán, que además es el máximo responsable del Comité de Esquí Alpino) y pedirle una reunión, con mi familia, con el club, con el coordinador de los equipos de la Española (Nacho Oruezábal)… Le hicimos muchas preguntas. No dio ninguna explicación. Toda la planificación ha sido caótica. Por eso denuncié la situación. También Mireia (Clemente) y hay más gente a la que le sucede lo mismo”.


5 MOTIVOS PARA CAMBIAR LA POSTURA. “Me gustaría que me pusieran sobre la mesa una planificación: de una pretemporada, de una temporada... Ver que es posible volver al nivel que he estado. Hace dos años me clasifiqué en el puesto 13 en la Copa de Europa; para mí es un resultado importante, mi punto de partida. Quiero ver que hay una implicación por parte de la Federación que me permita tener una evolución. Tener los medios personales, materiales, suficientes para seguir una trayectoria ascendente, poder evolucionar y llegar a la elite. Hasta hace una semana era una retirada segura y ahora, pensándolo fríamente, puede haber cambios. Pero tienen que ser reales. He estado 250 días al año fuera de casa, siempre viajando. Ahora todo es nuevo para mí. Estaré en casa, veré cómo evolucionan las cosas y tomaré la mejor decisión en dos o tres meses”.