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Las exigencias de Mourinho

El portugués firmará en los próximos días y quiere mandar como Ferguson en el United.

José Mourinho, en estado puro en la final contra el Bayern de Múnich.
Las exigencias de Mourinho
AFP

Ni siquiera la emoción que produce conquistar su segunda 'Champions' embargó a José Mourinho, inalterado en el dominio de la escena. Mientras decenas de miles de hinchas 'neroazzurri' celebraban un éxito esperado durante casi medio siglo, el portugués anunciaba, con suma frialdad, que dejaba el Inter, harto de Italia, y que se aproximaba al Real Madrid. Manejó los tiempos casi como su equipo en la final y se quedó unas horas con su familia en la capital antes de sumarse a los festejos en la capital lombarda.A la televisión transalpina le confesaba que abandonaba ese país y, para justificarlo, se quejaba de haber recibido críticas injustas; a la alemana, que el club blanco era el único que se había interesado en él y que, a través de su entorno (el representante Jorge Mendes), ya conversaban. Y hora y media después del choque, utilizaba a los medios españoles, ya en conferencia de prensa, para lanzar un mensaje inequívoco a Florentino Pérez, a quien dedicó una sonrisa cómplice durante la entrega de trofeos en el palco. Antes de firmar y de ser presentado (en Chamartín quieren que el multitudinario acto tenga lugar viernes), le tendrán que garantizar plenos poderes en la confección de la plantilla, poder ejecutivo para dar altas y bajas.

"Empiezo una nueva vida. Necesito ver qué es lo que el Madrid quiere de mí. Debe ser algo que me motive. Me gustan los desafíos difíciles. No he visto el proyecto pero tendremos que ver si hay sintonía. El lunes hablaré con Florentino Pérez. El Madrid quiere ganar cosas grandes pero para eso no basta con una camiseta ni el dinero, sino la actitud mental, el ponerse a disposición del equipo. Eso hicimos en el Inter desde el utillero hasta el que no jugaba ni un minuto", reflexionó el afamado técnico portugués en las entrañas del Bernabéu, en torno a la una de la madrugada.

Consiguió poner las redacciones patas arriba. Focalizó tanto la atención que incluso dejó el desenlace de la final en un segundo plano. Él era el hombre, muy por encima de Diego Milito, estrella de la final con sus dos goles. Su actitud recibió rápida respuesta en Italia, donde se le acusó de egocéntrico e irrespetuoso con la afición interista, con los jugadores y con el presidente Massimo Moratti. A los futbolistas, empero, ya les comunicó en el vestuario que se iba, según reveló el argentino Zanetti. Y el dueño del club también conocía sus intenciones.

'Mou', que llegará con un amplio grupo de ayudantes portugueses, pretende actuar al estilo de los 'mánagers' en la 'Premier'. Como Wenger en el Arsenal o Ferguson en el Manchester United. Le sobrarían Jorge Valdano, el director general, Miguel Pardeza, el director deportivo, y hasta Butragueño. Él puede con todo: entrenador, secretario técnico, director deportivo, embajador e imagen del club. Como Guardiola en el Barça, pero con otro talante. Su primera decisión será peliaguda. Determinará si Raúl cumple su contrato como capitán o tiene que marcharse, pese a que percibe 12 millones al año.

Quiere permanecer al margen de las conversaciones entre Florentino y su amigo Moratti. El portugués tiene tres años más de vínculo y una cláusula de 8 millones, según algunos medios, y de 16, a juicio del 'Sunday Times'. El Madrid desea negociar, no avasallar con el talonario. De una forma u otra, abonará una cantidad récord por el traspaso de un entrenador. Mourinho exige un contrato largo, de cuatro años aunque podrían ser tres con opción a uno más, a razón de diez millones por temporada más incentivos.

Le agrada la plantilla del Madrid pero con matices. Cree en Benzema, también en Kaká, pero desea reforzar la defensa. Su estilo, esa forma de ganar la Copa de Europa con el 33% de posesión de balón o de eliminar al Barça con el 20%, evidencia que la organización atrás es fundamental. El brasileño Maicon, que habría rechazado ofertas del Manchester City y el Chelsea, es su primera exigencia. El lateral derecho titular en la 'canarinha', en detrimento del azulgrana Dani Alves, costaría unos 20 millones. Los blancos ya le tantearon el año pasado pero se echaron atrás porque existían informes negativos, y no precisamente deportivos. Con la marcha de Adriano, mejoró su conducta.

'Sunday Times' asegura ayer que Mourinho reclama un lateral izquierdo. Sabedor de que será muy complicado poder arrebatar a Ashley Cole al Chelsea, su segunda opción es el internacional serbio Aleksandar Kolarov, al que ya intentó fichar el verano pasado para el Inter, procedente del Lazio. Un mediocentro, tácticamente inteligente, es prioritario para colaborar con Xabi Alonso. Le encanta Lampard y también ve con buenos ojos la opción del italiano De Rossi, fichaje más factible por la crisis económica de la Roma. Y para reemplazar a Guti, el gran sueño común de 'Mou' y de Florentino es el 'red' Gerrard, a quien ya trató de llevarse al Chelsea en el verano de 2005. Diego Milito, que en el Bernabéu reconoció que puede cambiar de aires, también suena entre los futuribles. Tendría que salir Higuaín, ocho años más joven que el 'Príncipe'.

Y a todo esto, Pellegrini todavía no ha sido destituido.