REAL ZARAGOZA

La vida en 80 días

Después de seis meses de Liga, el torneo afronta los últimos 15 partidos en solo 11 semanas a causa del Mundial. El Real Zaragoza se juega su futuro como entidad a un ritmo de vértigo.

Agapito Iglesias saluda a Suazo antes del entrenamiento que llevó a cabo el equipo ayer en la Ciudad Deportiva
La vida en 80 días
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El Real Zaragoza se juega el destino en 80 días. En la sede del club han comenzado a sentirse los primeros síntomas de vértigo, de ansiedad ante la enorme envergadura que presentan los compromisos que restan por jugarse hasta la conclusión de la Liga, que ya ha consumido seis meses de contiendas.


Quedan 15 partidos. En tiempos de éxitos, una barbaridad. En épocas de carestía y graves problemas como los que atraviesa el Zaragoza este año, un corto camino de 45 puntos de los que, la inanición de triunfos que se padece desde agosto, obliga a ganar la mitad para no despeñarse a Segunda de nuevo.


En un año normal, de los de cifra impar, estos 15 partidos generarían un programa que abarcaría casi cuatro meses de espacio temporal. Pero 2010 no es de esos. Es año de Mundial, el que empieza en junio en Sudáfrica. Y, a causa de esa gran cita internacional, apenas van a transcurrir dos meses y medio desde hoy hasta que finalice el presente torneo liguero. Un campeonato que va a experimentar un notable acelerón a partir del inminente marzo, con tres jornadas en miércoles que van a devorar el calendario sin dejar resquicio para el aliento de los más agobiados.


Entre el choque del próximo sábado en Getafe y el último del curso en La Romareda ante el Villarreal, apenas hay once semanas, 77 días. Y eso es una exhalación en el marco de una disputa psicológicamente tan larga como es la Liga española para quienes pelean por la permanencia. Los regentes del club sienten el enorme peso de su responsabilidad sobre sus espaldas. La dolorosísima derrota del domingo ante el Sporting ha precipitado los síntomas de agobio. Saben que en apenas 80 días va a conocerse el futuro de la SAD Real Zaragoza. Para bien o para mal.


Atrás queda medio año natural lleno de errores monumentales, de rectificaciones sobre la marcha, de revoluciones sin par en busca de enmendar un proyecto diseñado de modo muy deficiente. Hechos que amenazan con hundir a esta entidad de nuevo en el infierno si la remodelada plantilla y el nuevo cuadro técnico no son capaces de obrar una reacción de alto rango en estas once semanas que faltan.


Dos meses y medio, y se acabó

El partido del sábado en Getafe, el último de febrero, cierra la parte más llana -o menos abrupta- del calendario, la del inicio de la segunda vuelta, tramo en el que se ha producido la breve pero importante resurrección del Real Zaragoza que le ha cargado de esperanzas para creer en que es posible evitar el fracaso final.


La hoja del mes de marzo en el almanaque complica terriblemente el circuito. Por La Romareda pasarán, consecutivamente y en 20 días, Atlético de Madrid, Barcelona y Valencia. Estos dos últimos, en la misma semana dado que el viaje a Almería será, en el miércoles de entremedias, la primera de las tres jornadas en día laborable que hay que afrontar de aquí al epílogo para que la Liga acabe cuanto antes y permita a los mundialistas irse a las concentraciones con sus respectivas selecciones nacionales. El desplazamiento a Santander completa el repóquer de citas de máximo riesgo alrededor del inicio de la primavera.


Abril suaviza las citas caseras, que son tres: el coco Real Madrid y, antes, los más accesibles Málaga y Mallorca (ésta, también en miércoles). Los viajes a Pamplona y Bilbao, duros por tradición, pueden ser entonces auténticas finales a cara o cruz. Con ello se cuenta. Y, como colofón, llegará mayo. Dos viajes -a La Coruña y Jerez- y los dos últimos duelos en casa: Es-_panyol (en miércoles) y Villarreal, el fin de semana del domingo 16. El Zaragoza ha de rozar la perfección en un periodo de fútbol intensivo.