La Super Bowl paraliza la vida en EE. UU.

La final de la Liga de Fútbol Americano (NFL), un evento que engancha a más de 100 millones de espectadores en televisión, es todo un acontecimiento en EE. UU. pero hay quien, por encima del juego, prefiere los ingeniosos anuncios que se emiten durante sus múltiples interrupciones.

Preparativos de la final de la Super Bowl
La Super Bowl paraliza la vida en EE. UU.
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La final de la Liga de Fútbol Americano (NFL), un evento que engancha a más de 100 millones de espectadores en televisión, es todo un acontecimiento en EE. UU. pero hay quien, por encima del juego, prefiere los ingeniosos anuncios que se emiten durante sus múltiples interrupciones.


El partido lo disputarán el día 6 los Pittsburgh Steelers y los Green Bay Packers en el Cowboys Stadium, de Arlington (Texas), un estadio con capacidad para más de 93.000 espectadores, que verán cómo Christina Aguilera interpreta el himno estadounidense antes del duelo y disfrutarán de The Black Eyed Peas al descanso.


El coste medio por entrada es superior a los 3.600 dólares. ¿Caro? No. Sobre todo si se tiene en cuenta los tres millones de dólares que las empresas pagarán por un anuncio de 30 segundos en pantalla.


Según las estimaciones de varias compañías, las limitaciones que sufrió el "Recession Bowl" del año pasado han disminuido. Si hace 12 meses las tarifas oscilaban entre los 2,5 y los 2,9 millones de dólares por spot publicitario, ahora rondan los 2,8 y los 3 millones.


Algo lógico cuando la edición pasada registró una audiencia de 106,5 millones de personas, en el que fue el programa más visto en la historia de la televisión de EE. UU., tras batir el final de la serie "M-A-S-H".


Además la zona de Dallas/Fort Worth espera superar su récord de visitantes y de ingresos relacionados con el evento deportivo, que se espera sobrepasen los 200 millones de dólares.


Y Hollywood no es ajeno a un mercado con tanto potencial.


Los estudios tienen previsto promocionar al menos 13 de las grandes películas que se estrenarán en el país en los próximos meses, como es el caso de "Transformers: Dark of the Moon", "Super 8", "Thor", "El Capitán América", "Piaratas del Caribe: En mareas misteriosas" y "Cowboys and Aliens", previsibles "taquillazos" este verano.


Y también habrá espacio para estrenos que se avecinan como la comedia "Just Go With It", con Adam Sandler y Jennifer Aniston; la cinta de ciencia ficción "Battle: Los Angeles"; el thriller "Limitless", con Bradley Cooper, o el filme de animación "Rango", a cuyo protagonista presta su voz Johnny Depp.


En años anteriores las películas que se anunciaron durante el Super Bowl no llegaron a la decena.


La cadena Fox, que emitirá el partido en directo, ganará más de 200 millones de dólares por la publicidad. Muchas de esas marcas corresponden a la industria del automóvil, entre ellas Audi, BMW, Kia, Hyundai, Volkswagen, Chrysler, Chevrolet y Mercedes-Benz, que debuta en estas lides.


Por ejemplo, Best Buy, la mayor cadena minorista estadounidense de venta de artículos electrónicos, pretende dar que hablar y para ello ha pagado un millón de dólares al cantante adolescente Justin Bieber para protagonizar un anuncio futurista junto al rockero Ozzy Osbourne.


Las redes sociales juegan un papel decisivo al dar a conocer las iniciativas de las grandes empresas, seguidas en algunos casos por decenas de miles de personas, como Anheuser-Busch, que ha dado a conocer a través de Facebook un anticipo de sus anuncios relacionados con la cerveza Bud Light.


"Los anuncios durante el Super Bowl siempre han estado ahí para incitar al espectador a comprar cerveza, ropa o lo que sea. Los americanos hemos crecido con ellos y hemos aprendido a admirarlos porque no son anuncios que veas habitualmente, sino que ofrecen algo nuevo, divertido y memorable", dijo a Efe Salomon Montes de Oca.


El año pasado se emitieron durante el Super Bowl un total de 104 anuncios que sumaron cerca de 48 minutos, según la empresa especializada Kantar Media, lo cual deja claro la competitividad de la cita.


Cerca de cuatro horas de partido. Un título en juego sobre el campo, y otro en las ondas. ¿Quién despuntará?