REAL ZARAGOZA

La revolución forzosa

Cambios: Irureta ensayó un once con cinco novedades ante el aluvión de bajas obligadas. Matuzalem: El brasileño reaparecería en la izquierda y Gabi volvería al doble pivote.

La fisonomía titular del Real Zaragoza presentará en el partido frente al Levante del próximo domingo una forma revolucionaria y remozada. Hasta cinco cambios de cromos y uno de posición ensayó en el entrenamiento de ayer Javier Irureta respecto a la última alineación configurada frente al Sevilla.


Las variaciones probadas por el entrenador del Real Zaragoza, hombre poco dado a esconder sus planteamientos desde que inició su etapa aragonesa, vienen forzadas por la concatenación de bajas que sufre el equipo. A las ausencias confirmadas de Diogo (sancionado por roja directa), Peter Luccin (inhabilitado por acumulación de amonestaciones) y Sergio Fernández (lesionado en la rodilla derecha hasta dentro de 3-4 semanas), deben añadirse el dudoso estado físico de Alberto Zapater y Juanfran.


El ejeano no logra superar el estiramiento en el aductor derecho que lleva arrastrando durante la semana y ayer solo completó junto al grupo el primer tramo de la sesión. Su concurso no está descartado cuando faltan dos entrenamientos, aunque la insistencia de las molestias impide pronosticar su presencia en Valencia.


Menos posibilidades de llegar a tiempo al partido que el centrocampista aragonés posee Juanfran. El lateral izquierdo debió retirarse a mitad de la sesión de trabajo como consecuencia de la contusión en el dedo meñique del pie izquierdo que se produjo durante el entrenamiento del miércoles. Aunque las pruebas radiográficas supervisadas por el doctor Villanueva descartaron la existencia de problemas severos (fractura o luxación), los intensos dolores que soportó Juanfran en la zona lastimada le obligaron a retirarse hacia los vestuarios mediado el entrenamiento. Hoy, al contrario que ayer, no trabajará con el grupo y aguardará una prueba definitiva en la sesión preparatoria de mañana.


En previsión a estas dos factibles ausencias, Jabo Irueta probó en el clásico simulacro de los jueves una formación renovada e inusual. Las bajas le obligaron a aplicar cirugía en la zona defensiva y en el doble pivote, donde de seis posiciones se reconstruirán cinco. Según el presunto once desprendido del partidillo, Chus Herrero entraría por Diogo en el flanco derecho de la zaga, Pavón reemplazaría a Sergio Fernández como escudero de Ayala (único superviviente en la mitad sur del equipo respecto a la debacle de Sevilla), Paredes ocuparía la previsible ausencia de Juanfran, y Celades regresaría a la sala de máquinas para suplantar a Zapater. Le acompañaría en el doble pivote Gabi, sustituto de Luccin y devuelto a su demarcación innata después de varios partidos destinado por Irureta en la zona izquierda del centro del campo.

En ese espacio irrumpiría la quinta y principal novedad: el retorno de Matuzalem. El Rey Escorpión recupera las botas para armar el juego desde el jardín zurdo.


Paradójicamente, un equipo proyectado con mimbres prestigiosos y miras europeas se juega frenar su caída a zona de descenso con cinco de los siete jugadores más infrautilizados del curso (Cuartero y Generelo van a la cola). Entre las cinco caras nuevas suman 2.373 minutos mientras que Diego Milito ha disputado 2.091.


De acuerdo a los hombres que compondrían el probable once inicial ante el Levante, se observa un Real Zaragoza con acentuada vocación de controlar la pelota. Como ejemplo, el doble pivote Celades-Gabi posee una naturaleza más creativa y un perfil menos combativo que el habitual integrado Luccin- Zapater. El apoyo de Matuzalem refuerza este carácter ofensivo del equipo.