La plantilla del Real Zaragoza, salvo el defensa italiano Matteo Contini que padece un proceso catarral, se ha sometido a diferentes pruebas físicas y médicas. Los jugadores zaragocistas estaban citados por grupos a lo largo de la mañana para pasar estas pruebas supervisadas por los servicios médicos del club y coordinadas por los médicos del Centro de Medicina del Deporte de Aragón.

Además de Contini, tampoco se han sometido a estas pruebas los dos lesionados de larga duración, el delantero nigeriano Ikechukwu Uche y el defensa zaragozano Víctor Laguardia.

Tras someterse a una analítica completa, los futbolistas han realizado un control antropométrico antes de pasar a las cuatro pruebas previstas, la primera para medir la fuerza explosiva del tren inferior o test de Bosco; la segunda prueba ha sido un test de sentadillas, utilizado para valorar picos de potencia.

Tras estas dos primeras pruebas realizadas en el edificio del Centro de Medicina del Deporte, los jugadores han pasado al campo de fútbol anexo para pasar los dos últimos test: el de velocidad en 15 metros, que mide la capacidad de aceleración, y, por último, el test resistencia.

El preparador físico del Real Zaragoza, Juan Iribarren, ha explicado que se trata de unas pruebas que permiten a los técnicos mejorar el entrenamiento del equipo.

"Es parte de nuestra metodología de trabajo. Nos ayuda a preparar los ciclos de trabajo, porque nos da información para reajustar el nivel de entrenamiento y poder ir viendo la evolución de los jugadores durante la temporada", ha indicado.