El ascenso a Segunda B está a un paso. La Muela lo tiene todo a favor para consumarlo. Si se repiten los papeles ayer desarrollados en Cerceda, el conjunto aragonés lo conseguirá.

Empató (2-2) el conjunto zaragozano, pero mereció la victoria con claridad. Emilio Larraz le ganó la partida al técnico rival, Nacho Fernández Pacios. Los visitantes dominaron y disfrutaron de las mejores oportunidades. Solo la mala suerte y el pésimo arbitraje les privó de la victoria. El árbitro fue decisivo en el resultado, pues señaló un penalti muy dudoso a favor de los gallegos y no pitó otro clarísimo a favor de los aragoneses. Sin duda, Hernández Cifuentes fue el mayor activo del Cerceda, superado en todos los órdenes por La Muela.

El equipo aragonés salió bien situado, con Rodri taponando a Xaco, los dos centrales atando en corto a Felipe y sin dejar margen de maniobra en las bandas al Cerceda con una presión efectiva. Pronto cobró ventaja en el marcador el once visitante gracias a un lanzamiento de falta de Fonsi, que el central Beltrán cabeceó al fondo de las mallas de la meta de Rafa Muradás. La excesiva rigurosidad del colegiado con las faltas locales y la permisividad en algunos lances con los jugadores de Emilio Larraz crisparon a los pupilos de Nacho, que pasaron muchos minutos ansiosos e imprecisos. Tardó el Cerceda en cogerle el pulso al encuentro frente a un adversario sólido y sin fisuras. Un remate acrobático de Felipe fue el único atisbo de peligro gallego de otra jugada polémica que generó el empate. César Otero botó una falta y el árbitro señaló penalti por una acción entre Moya y Felipe que casi nadie advirtió en la grada. Rodri batió al meta Manel en dos ocasiones, ya que tuvo que repetir el lanzamiento..