Las estaciones de esquí aragonesas de Astún, Formigal, Candanchú y Cerler, en Huesca, y las de Valdelinares y Javalambre, en Teruel, están abiertas y cubiertas de nieve polvo y húmeda, a excepción de la pirenaica de Panticosa, que se encuentra cerrada debido a las fuertes rachas de viento.

En Astún funcionan 4 remontes, 4 pistas y 1 kilómetro esquiable cubierto de nieve polvo y húmeda con espesores de entre 70 y 160 centímetros.

Candanchú ha puesto en servicio 9 remontes, 17 pistas y 12 kilómetros esquiables cubiertos de nieve polvo y húmeda con espesores de entre 45 y 165 centímetros.

La estación de Cerler ha abierto 8 remontes, 4 pistas y 1 kilómetro esquiable cubierto de nieve polvo con espesores de entre 75 y 160 centímetros.

Formigal dispone hoy de 19 remontes, 60 pistas y 72 kilómetros esquiables cubiertos de nieve húmeda con espesores de entre 65 y 180 centímetros.

Valdelinares, en Teruel, ha puesto en funcionamiento 8 remontes, 10 pistas y 9 kilómetros esquiables cubiertos de nieve húmeda con espesores de entre 45 y 140 centímetros.

Javalambre, también en Teruel, ha abierto 3 remontes, 3 pistas y 1 kilómetro esquiable cubierto de nieve húmeda con espesores de entre 40 y 140 centímetros Para la práctica del esquí de fondo, se han habilitado en Fanlo, valle de Vio, 28 kilómetros cubiertos de nieve polvo con espesores de entre 30 y 70 centímetros.

También están abiertos en Llanos del Hospital, en Benasque, 12 kilómetros cubiertos de nieve polvo y dura con espesores de entre 20 y 80 centímetros.

En Pineta, en Bielsa, se han abierto 24 kilómetros con nieve polvo y dura con espesores de entre 20 y 40 centímetros.

En Muela de San Juan están operativos 12 kilómetros con espesores de 80 centímetros cubiertos de nieve polvo.