CAI BM ARAGÓN

La cuesta naranja

El CAI Aragón se ha alejado de la sexta plaza de la Liga Asobal después de sufrir dos derrotas consecutivas. Ahora, el calendario se complica. El acceso a Europa en la próxima temporada a través de la vía liguera parece cada vez más difícil

El regreso del CAI Aragón a la Liga Asobal después del parón invernal ha ofrecido un saldo desfavorable para el conjunto aragonés, que no ha sido capaz de puntuar en los dos encuentros que ha disputado tras la hibernación. Una derrota ante el Cuenca después de una lección magistral de mediocridad, y otro revés en Logroño tras un partido solo aceptable hipotecan el futuro del equipo que prepara Kosovac. La cuenta naranja, en la que el objetivo esencial reside en obtener dividendos para participar en la competición europea de la próxima temporada, no sale. Más que cuenta naranja cabe hablar de cuesta naranja, dada la creciente dificultad de alcanzar el objetivo.

 

Pasear el nombre de Europa le ha dado prestigio al CAI Aragón, dentro del deteriorado estado del deporte de elite zaragozano. El club naranja ha ofrecido este aliciente desde su ingreso en la categoría reina del balonmano español y europeo, hace ahora tres años. Nunca ha caído en la vulgaridad el CAI Aragón. Hasta en la División de Honor B, siempre mostró un talante ambicioso. Los últimos resultados cuestionan este carácter. Tras su pésimo arranque de febrero, el conjunto ha caído a la novena plaza liguera. El puente hacia Europa, la distinción, el elemento diferencial en el páramo deportivo aragonés, está a punto de perderse.

 

En la primera vuelta se atraparon tres puntos ante el Cuenca y el Naturhouse. Y parecían pocos... En la segunda vuelta, ninguno. Este déficit deberá ser cubierto en los próximos encuentros, citas que aparecen en el tramo más duro del calendario liguero. La semana próxima visita Zaragoza el Granollers, el gran rival en la pugna por la sexta plaza. Los vallesanos afrontarán el choque con cuatro puntos más. No merece la pena pensar qué puede pasar si se pierde ante los catalanes.

 

La victoria ante el Granollers representa en este momento una condición esencial para seguir creyendo en un CAI Aragón europeo en el próximo curso, con todos los condicionantes que este hecho lleva implícitos, tanto desde el punto de vista deportivo (atractivo para fichar jugadores) como económico (capacidad para captar ayudas institucionales). La cuesta naranja se empinará todavía más, con la visita la semana siguiente al Palau Blaugrana, y la recepción al Ciudad Real. Cuesta creerlo y hay que tener fe en que no suceda, pero si se pierde ante el Granollers, el club puede encadenar una racha histórica de cinco derrotas consecutivas.

Cruce europeo

En medio de un calendario de la Liga Asobal repleto de fechas tintadas de rojo, el CAI Aragón disputará la eliminatoria de la Copa EHF ante Os Belenenses. La probabilidad de que la supere es alta. Otra cosa es la probabilidad de que avance en esta competición, hecho que depende en gran medida de la suerte que acompañe en el sorteo de las siguientes eliminatorias. Desde luego, la vía más segura para seguir concursando al año próximo en Europa la concede la sexta plaza de la Asobal. Para capturarla, hay que vencer al Granollers y jugar mucho mejor de lo que el CAI Aragón viene jugando últimamente.

 

Solo las lesiones aligeran la carga de la decepción. El codo de Zaky se encuentra dañado. Stankovic tampoco está a punto. A Vatne le quedan aún unas semanas. El único mal que se ha extinguido antes de tomar esta mañana el vuelo rumbo a Lisboa es el virus que viajaba por las tripas de Ploquin. El otro virus, el que contamina el 'software' de los circuitos naranjas, convendría erradicarlo de inmediato. Queda tiempo, pero no demasiado tiempo, en una camino cada vez más empinado.