FASE DE ASCENSO A SEGUNDA B

La alegría de un pueblo

El heroico ascenso a Segunda División B devuelve la sonrisa a La Muela y encumbra a su entrenador, Emilio Larraz.

Los jugadores de La Muela, fundidos en un abrazo con su afición tras lograr el ascenso.
La alegría de un pueblo
JOSé MIGUEL MARCO

Solo quienes aman el fútbol de manera integral entienden la valía real de las gestas, el deporte como justicia más limpia y sincera de cuantas existen. El terreno de juego no respeta galones ni condición social, convierte al obrero en patrón y al vasallo en señor. Ayer ascendió La Muela a Segunda División B. Un equipo de currantes y estudiantes han fabricado una hombrada sin parangón. En un pueblo subrayado por fiscales, periodistas y fuerzas del orden, el antiguo edén se transformó en infierno desde la 'operación Molinos'. Ahora, Emilio Larraz y un grupo de valientes le han devuelto la alegría a La Muela.

Aparece continuamente en los papeles La Muela. Y, lamentablemente, pocas veces para bien. Un lío por aquí y otro follón por allá. Las pocas sonrisas que salen en el periódico parten de su equipo de fútbol, un conjunto que en agosto se daba con un canto en los dientes por salvar la categoría y que ayer brincó a la Segunda B abanderando la gesta más sobresaliente del fútbol modesto aragonés contemporáneo.

Procede contextualizar el ascenso para aquilatarlo en su justa medida. Hay que hablar de La Muela como municipio y La Muela como club de fútbol. También convendría referirse a la dificultad extrema de una fase de ascenso a Segunda B y de la influencia del fútbol aragonés en el fútbol nacional.

La Muela como equipo de fútbol nació hace apenas un lustro. La pasión por el balompié de Víctor Pinilla, hermano de la alcaldesa, Mariví Pinilla, junto a la capacidad del director deportivo, Javi Blasco, y el mucho dinero que circulaba por la Nacional II, logró cuatro ascensos consecutivos: de Segunda Regional a Tercera División. Todo era muy bonito en La Muela. La localidad multiplicó por cinco su población. Había de todo: plaza de toros para que banderilleara el Fandi, un auditorio fetén y un museo del viento para venerar al dios Eolo y a la riqueza que trajeron los molinos.

Los molinos fueron el principio, y la 'operación Molinos', el principio del fin. Todo se paralizó en La Muela desde la detención de la alcaldesa en la primavera de 2009. La actividad en el club de fútbol también lo acusó. Este año el presupuesto quedó reducido a apenas la tercera parte. Pinilla dejó el banquillo. Javi Blasco apostó por Larraz, el padre intelectual del milagro ayer consumado.

En Larraz nace la verdadera gesta de La Muela. Con dineros, cualquiera es rico. La Muela de fútbol ha sido rico este año sin dineros. En agosto no tenían ni jugadores ni perricas para fichar. Con imaginación y con un profundo conocimiento del fútbol, Emilio Larraz comenzó a reclutar futbolistas. Ofrecía 500 euros de vellón como máximo, además de cariño y amor.

Sin delanteros, sin apenas nada, Larraz comenzó a predicar. Poco a poco, comenzó a calar su verbo incendiario. Mientras el Teruel, el Real Zaragoza B, el Ejea, el Monzón y el Andorra llenaban de costosos cromos su álbum, Larraz estaba construyendo algo muy superior a un equipo: un objetivo común. Había reclutado hombres olvidados por los grandes, futbolistas con ambición reivindicativa. La historia comenzaba a prometer.

El avance progresivo de las jornadas desveló el conocimiento de Larraz y el despiste del resto. Nadie había caído en que a Rubén Falcón hay que atarlo al portal para colarle un gol; que Moya, superada la treintena, sigue siendo el mejor lateral de Aragón; que a Rubén Muñoz, cumplidos los 37, no le tose nadie; que el chaval Beltrán es el más poderoso central de la regional; que Rodri lo tapa todo; que Fonsi se va de todos; que Cristian es imparable; que Iván Martínez la toca más que el que la inventó? Insisto: todos estos talentos proscritos estaban libres el 15 de agosto.

Huelga a la japonesa

Comenzó la temporada y los problemas crecieron de forma proporcional a los impagos. Falcón se marchó a Murcia y varios jugadores comenzaban a irse. El resto de candidatos se armó hasta los dientes en el mercado de invierno. Larraz bastante tenía con mantener la ilusión por saltar al campo en la siguiente jornada. Llegaron los parones como protesta por los impagos. Y también, lo mejor, la huelga a la japonesa de Larraz y sus muchachos. Sin cobrar, entrenaban más que nadie y vencían más que nadie. No pierden desde febrero, encadenando 12 victorias en las últimas 12 jornadas ligueras.

Llegados aquí, al 'play off', la gesta crece de forma exponencial. Datos: 360 clubes participan en la Tercera División, de los que solo suben 18. De esos 18, nueve son ascensos directos en la eliminatoria única de campeones: quedan nueve plazas para el resto. Una de esas nueve plazas ha sido para La Muela después de superar tres eliminatorias sin conocer la derrota, después de ganar a tres clubes (Marino, Constancia de Inca y Cerceda) que multiplican su presupuesto. El equipo de fútbol La Muela, además de todos los calificativos heroicos que ustedes quieran agregarle, desde ayer representa la alegría de un pueblo y la sabiduría de un hombre: Emilio Larraz.