PROBLEMAS ECONÓMICOS

Jugadores al borde del desahucio

REPORTAJE La crisis ha hecho mella en el fútbol profesional que no pertenece a la elite. En categorías como Segunda B o Tercera hay decenas de equipos que deben dinero a sus jugadores. Por eso, la AFE llama a la rebelión.

Los jugadores de La Muela hicieron un plante el sábado al comienzo de su encuentro en la Ciudad Deportiva frente al Real Zaragoza.
Jugadores al borde del desahucio
CARLOS MONCÍN

José María Gutiérrez, 'Guti', y Noé Calleja García, 'Noé', son futbolistas. Ambos tienen más de 30 años, aman el deporte del fútbol y viven de él. Sin embargo, algo les diferencia: si la preocupación más inmediata de Guti es elegir el restaurante de lujo en el que cenar esta noche o el modelo exclusivo de su nuevo coche, la de Noé es pagar la letra mensual de la hipoteca para que el banco no se altere. El primero juega en el Real Madrid y cobra una ficha millonaria. El segundo lo hace en la Unión Deportiva Puertollano (Ciudad Real) y el club le adeuda cinco nóminas de un sueldo mucho más modesto. Noé representa la otra cara de este deporte que mueve masas y levanta pasiones, el lado oscuro de la Segunda División A y, sobre todo de la Segunda B y la Tercera División, que ha decidido rebelarse planteando una huelga general en el balompié español.

Familia y amigos

Noé nació en Gijón (Asturias) y sabe lo que es hacer y deshacer la maleta en busca de trabajo detrás de un balón. Ha jugado en clubes como Oviedo, Getafe, Cultural Leonesa y Real Jaén antes de llegar al Puertollano, un equipo de futbolistas honestos, pues aunque tienen serios problemas para cobrar ocupan los primeros puestos de su grupo en la Segunda División B y a punto estuvieron de eliminar al todopoderoso Villarreal en la Copa del Rey. Casado y con dos hijos, este portero y capitán de la U.D. Puertollano reconoce que "la situación es muy difícil porque nosotros vivimos del fútbol; en este equipo todos somos de fuera y vivimos en régimen de alquiler, con los gastos que esto conlleva.

Además, también hay que pagar la hipoteca de la casa de nuestra ciudad de origen". ¿Cómo afrontar estos gastos si el club no paga? Noé y sus compañeros tienen tres caminos: "Tirar de ahorros, que se acaban; pedir a familiares y amigos, que no es agradable, y compartir piso para ahorrar".

Los excelentes resultados deportivos del Puertollano, a pesar de este complicado panorama, tienen una explicación: los entrenamientos diarios y el partido semanal son sus únicos momentos de satisfacción. Cuando el árbitro señala el final del partido cada fin de semana, los jugadores del equipo manchego vuelven a su triste realidad de facturas, hipotecas y cuentas bancarias en números rojos, a los que deben hacer frente.

Directivos irresponsables

Otro futbolista que conoce bien el amargor del fútbol profesional más modesto es Abel Boades, del Club Deportivo Toledo, de Segunda B. El año pasado jugó en Segunda División A con el Alicante, entidad que acabó descendiendo de categoría y presentando un ERE a la plantilla. "Aquí, en el Toledo, somos unos privilegiados porque estamos cobrando pero no sabemos qué puede pasar el día de mañana en este o en otro equipo. Ahora es el momento de reivindicar que si hay unos contratos firmados hay que cumplirlos pero lo anormal es que se cumplan y se pague al día", se queja Boades, que recuerda que "nosotros también somos trabajadores y cualquier trabajador lo que quiere es cobrar".

La Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) calcula que sólo a los jugadores de Segunda B se les debe alrededor de cuatro millones de euros. ¿Cómo y por qué se ha llegado a esta situación? David Gómez, capitán del Talavera Club de Fútbol, equipo toledano de la Tercera División, lo tiene claro: "Hay demasiados directivos irresponsables que no se dan cuenta de que cuando se firma un contrato hay que cumplirlo". A David y a sus compañeros del Talavera les adeudan cuatro mensualidades más las primas de la temporada anterior pero, a diferencia de otros jugadores que sólo viven del fútbol, él vende seguros, una segunda actividad profesional que le permite afrontar el futuro con más respiro.

Movilización justa

Noé Calleja es el prototipo del jugador profesional del fútbol modesto. Su difícil vida diaria, común a la de cientos de futbolistas, ha animado a muchas plantillas a encerrarse en estadios, lucir camisetas reivindicativas o teñirse el pelo de colores. Gestos de protesta que de poco han servido, pues los clubes recurren con excesiva frecuencia a solicitar un concurso de acreedores, la antigua suspensión de pagos. Su paciencia se ha agotado al mismo ritmo que sus ingresos económicos y por ello están dispuestos a paralizar el fútbol español.

Piden el pago de las deudas salariales de Segunda B de la temporada pasada, que se cumplan las garantías económicas de los clubes en situación concursal de Primera y Segunda y que se amplíen las coberturas del Fondo de Garantía Social para Segunda B y Tercera. Como ha dicho el presidente de la AFE, Luis Rubiales, "hay que luchar por todos los jugadores, por humildes que sean" y los de Segunda B y Tercera "son futbolistas humildes que deben percibir sus salarios como cualquier otro trabajador", también como el mediático y galáctico 'Guti'.