Manuel Jiménez ya es, de manera oficial, el entrenador del Real Zaragoza. Tras su rápida contratación el día de Nochevieja y su presentación la noche de Año Nuevo, el míster sevillano ha iniciado el 2012 celebrando su primera sesión al frente del que es su nuevo equipo.

Durante su discurso de introducción, Salvador Arenere alertó al preparador hispalense de las peculiaridades climatológicas de la capital aragonesa. Fenómenos meteorológicos que el propio Jiménez ha podido comprobar en su primer día de trabajo, en una entrenamiento en la que ha tenido que lidiar con la lluvia, el cierzo y, finalmente, el sol. Una pequeño muestrario que servía de marco para el saludo que plantilla y técnico realizaban sobre el campo principal de la Ciudad Deportiva.

Ya desde el primer minuto, tras la charla en el vestuario de rigor, el preparador andaluz ha podido dar muestras de su característica personalidad. A pecho descubierto, sin esconder sus cartas congregando al grupo en los rincones más lejanos de los observadores, el nuevo entrenador blanquillo ha dado órdenes a unos y otros con la intención de poder conocer lo más rápido posible a su nueva plantilla. Para ello, no ha dudado en construir dos teóricos equipos con los que ha trabajado diversos aspectos del juego como la defensa de los balones aéreos o el ataque en estático.

Tal y como había afirmado, el de Arahal contó con todos los hombres disponibles para la sesión. Sin importancia de su edad, procedencia o condición. Así, Obradovic, actualmente sin ficha, Ponzio, que ha declarado su preferencia por marcharse, y los canteranos Ortí, Kevin, Joel y Ramiro han tomado parte de todos los ejercicios programados. Con ellos, Meira y Leo Franco también han regresado a la actividad tras superar sus lesiones.

Al margen, Da Silva, Mateos y Micael se han ejercitado en el gimnasio para recuperarse de las molestias que acumulan. Además, los tres se han dejado ver sobre el verde realizando una pequeña carrera continua.