BALONMANO

Invierno duro para el CAI

El equipo regresa mañana a la Liga Asobal sensiblemente mermado por las bajas.

Acción pura de pivote de Carlos Prendes
Invierno duro para el CAI
OLIVER DUCH

Después del patinazo de rigor de la selección española en el Mundial y/o en el Europeo, que siempre se juegan en enero, en febrero regresa la Liga Asobal. Todo el mundo aguarda a la primavera, cuando el aire se hace dulce, y el hielo funde y fluye caudaloso en los grandes acontecimientos del balonmano de clubes. Febrero, en cierto modo, es el prólogo, la espera, el periodo de tiempo en el que se adivina todo lo mucho (bueno o malo...) que aparecerá después. Mañana vuelve la Liga Asobal para el CAI Aragón con el careo en la pista del Pilotes Posada. En los meses siguientes se desarrollará el tramo trascendental de la temporada, con el desenlace de la Asobal, la Copa del Rey y la Copa EHF.

 

No es baladí, por tanto, que el más pregonado día del barrunte sea el día de la marmota. Se celebra en Punxsutawney (Pensilvania) el primer martes de febrero. Ese día concluye la susodicha marmota su periodo de hibernación. Phil, que así se llama el roedor, saca su mostacho de la guarida. Si al salir, es capaz de ver reflejada su sombra, regresa a la madriguera y permanecerá durmiendo seis semanas más, indicador de que resta el mismo tiempo de invierno. En el caso contrario, anunciará la pronta llegada de la primavera. A estas horas, Phil ronca plácidamente. Queda invierno.

 

El mismo día, el 2 de febrero, que la marmota Phil decidió continuar durmiendo, Carlos Prendes pasó por el quirófano. Fue intervenido en la rodilla para realizar una limpieza de la articulación así como de una úlcera que tenía en el cartílago. El periodo de rehabilitación se extenderá durante tres meses. Se intuye un invierno duro, y no solo de seis semanitas más, como el roedor. El CAI Aragón pierde durante el tramo decisivo del curso a un hombre absolutamente fundamental en su estructura defensiva.

Tres mermas sensibles

La baja de Prendes no ha llegado sola. Días atrás se confirmó la rotura que sufre Ivan Stankovic en el recto del muslo derecho, lesión producida con Serbia durante el Campeonato de Europa. En enero también se lesionó Sebas Koch-Hansen. Esto es, el CAI Aragón comparecerá mañana sin tres primeras líneas con notable capacidad de disuasión en defensa y, en el caso de Ivan Stankovic, un formidable lanzador.

 

En medio del frío, Mariano Ortega deberá obtener el máximo rendimiento de una plantilla mermada cuantitativa y cualitativamente. La única noticia verdaderamente positiva reside en la espalda de Iñaki Malumbres, que ha dejado de gemir. Se impone que Larsson vuelva a sonreír como en las grandes tardes de la primera vuelta, que Arrhenius mancille desde seis metros, que la bola llegue y sea utilizada en los extremos, que Grebenar demuestre de nuevo su rol dominante en el equipo y en la Liga. Si, finalmente, Maqueda demuestra todo lo bueno que apunta, se podrá creer en el CAI, a pesar del pesado lastre de bajas que ahora arrastra.