REAL ZARAGOZA

Imitar el guión

El mandamiento de Manolo Villanova para tomar Villarreal es rotundo: al menos, repetir las prestaciones y el espíritu que ganaron al Atlético de Madrid. Agresividad, presión, orden y solidaridad son las ideas esenciales.

La victoria frente al Atlético renovó el espíritu y el fútbol del Real Zaragoza. Con el estilo y sistema impulsados por Manolo Villanova, la historia de la salvación escribió su primer capítulo y la plantilla desenterró unas sonrisas sepultadas por la crisis y el carrusel de entrenadores. Aquellas líneas escritas en el victorioso guión aplicado ante el Atlético de Madrid deben imitarse mañana contra el Villarreal en su estadio. El mandamiento semanal de Manolo Villanova así lo recoge. Hay que mejorar lo mejorable y repetir lo repetible, sin olvidar jamás las ideas esenciales de aquel capitulo de resurrección:


Conservar la agresividad. Los jugadores del Real Zaragoza han insistido durante toda la semana en que la clave principal del triunfo frente al Atlético residió en la elevada tensión con la que se contuvo al rival. Conservar la incandescencia en la agresividad y la fortaleza en la concentración son las bases para no volver a agrietar la defensa. Los colmillos deben resplandecer.


Proteger la solidaridad. La mejoría defensiva manifestada por el Real Zaragoza ante el Atlético de Madrid se sostuvo, en parte, en la ingente cooperación que se brindaron los futbolistas del equipo aragonés. La precisión en las coberturas, las múltiples ayudas y el aliento compartido deben mantenerse en El Madrigal.


Mantener adelantada la presión. Ante el Atlético de Madrid, el Real Zaragoza activó la defensa varios metros por delante. La línea de presión lastimó al rival en su propia defensa, con el inagotable esfuerzo de Diego Milito, Sergio García u Óscar. En el centro, Luccin era el encargado de importunar al adversario. Esa presión omnipresente y exhaustiva no debe perderse.


No dormir a las musas de Matuzalem y Óscar. Con Matuzalem y Óscar, el Real Zaragoza ganó poderío creativo. Ambos se compenetraron con sutileza e insistencia, se buscaron y se tiraron paredes, fueron dinámicos, y sus dos pares de botas imantadas atrajeron el caudal de juego del equipo de Manolo Villanova en el triunfo ante el Atlético de Madrid. Con sus correspondientes musas desperezadas, el Villarreal tendrá un problema.


Cuidar el orden táctico. El 4-1-4-1 implantado por Manolo Villanova ha dotado al Real Zaragoza de un armazón que equilibra, refuerza y sostiene al equipo. Ante el Atlético, la disciplina táctica y el rigor en su aplicación funcionaron con pocos errores. El éxito en Villarreal pasa por no alterar el orden del esqueleto.


No amputar las alas. Contra el Atlético, el juego por bandas y la proyección ofensiva de los laterales escaparon al baúl de los recuerdos. Juanfran y Diogo recobraron su naturaleza ofensiva y crearon superioridades en las bandas, alternando y vigilando ambos las incorporaciones. En Villarreal, no deben perder esta función de ataque.