Hugo Almeida, ariete portugués de 1,91 de estatura y 27 años que milita en el Besiktas turco, es la principal pretensión del Real Zaragoza para reforzar su delantera con una pieza de una categoría que hace al menos dos años no se ha visto en La Romareda.

Javier Aguirre, en aquellas largas conversaciones previas a la firma de su renovación de contrato a finales de mayo, obligó moralmente a Agapito Iglesias a que, dentro de las asumidas dificultades financieras de la SAD dentro del concurso de acreedores que se avecinaba, contratase un goleador de primer nivel como estandarte del equipo. Una referencia de altura, tanto física como simbólica dentro del once inicial. Un líder natural que sea la referencia del bloque y otorgue peso específico a un grupo que se aventura joven y totalmente nuevo.

La encomienda es, seguramente, la de mayor complicación ejecutiva de todo el verano. Pero, según el entorno del futbolista luso, no es imposible pese a que la entidad aragonesa esté sumida en una agobiante ley concursal. Almeida, representado por el agente Jorge Mendes, está dispuesto a venir al Zaragoza si se dan una serie de condicionantes en los que Agapito y Aguirre vienen trabajando con calma desde hace semanas.

Mendes apunta a ser precisamente la pieza clave de la operación. El afamado apoderado luso es el principal controlador del mercado de fichajes de su país y su área de influencia se ha extendido en los últimos tiempos por medio mundo. Todo a través de una enorme cartera de futbolistas y entrenadores, muchos de 'alto standing' (Mourinho y Cristiano Ronaldo son sus dos buques insignia) que se ubican en escaparates de varios grupos de inversión relacionados con el fútbol. Y Agapito hace un tiempo que ha acudido a sus proximidades para moverse en el espeso mundo del balompié universal. De ese ámbito se prevé que surja la fórmula económica que permita la llegada de Almeida al Zaragoza, tal vez a través de una cesión que podría estar intermediada.

Almeida llegó en el pasado mercado invernal al Besiktas, club que pagó 2 millones de euros al Werder Bremen germano por su pase. En Turquía, el ariete portugués ha jugado 12 partidos y ha anotado 4 goles. En la primera vuelta, en Alemania, había disputado 13 choques marcando 9 tantos. Los teutones lo traspasaron, tras cuatro años y medio de muy buen rendimiento, para paliar su crisis de tesorería. Antes de llegar al club turco, pudo ser el '9' que Mourinho pidió a Florentino en enero y que acabó siendo Adebayor. Mendes estuvo cerca de colocarlo en el Real Madrid.

Ahora, el Besiktas puede perderlo tras verse salpicado de lleno por el gravísimo escándalo de corrupción y compra de partidos en los que el Fenerbahce, el Trabzonsport y el propio club de Almeida, donde militan Guti y los también lusos Quaresma, Simao, Manuel Fernandes y Bebé (todos de la cuadra de Mendes). Las detenciones de dirigentes y la catarata de denuncias de delitos cometidos en los principales clubes otomanos han generado un viciado ambiente que está invitando a muchos futbolistas foráneos a sugerir a sus representantes una salida urgente. En ese escenario, el vínculo de Almeida y el Zaragoza lleva varios días germinando y empezando a tener cuerpo.

Si Agapito, a través de Mendes, lograse cuajar esta contratación, la vanguardia zaragocista adquiriría un lustre del que ha carecido, lamentable y nocivamente, durante las últimas dos temporadas de calvario. Almeida es un goleador nato de la factoría del Oporto, que creció a base de cesiones al Uniao Leiria y el Boavista antes de consumar su internacionalidad con Portugal con 22 años. Su explosión la vivió en la Bundesliga, junto a Diego y Klose. 41 dianas firmó en cuatro campañas. Si todo concluye bien, goleará en La Romareda.