PRIMERA DIVISIÓN

Higuaín sostiene al Madrid (4-3)

El joven delantero argentino anota los cuatro goles del equipo blanco. El conjunto de Schuster continúa despertando inquietud entre su afición

Nunca Schuster le podrá estar tan agradecido a Higuaín como tras el épico y polémico triunfo ante el Málaga. Le brindó la titularidad en punta y el franco-argentino, de sólo 20 años, le respondió con cuatro goles que tumbaron al equipo de Tapia en uno de esos partidos locos que son una bendición para los espectadores, una tortura para los técnicos y que casi siempre gana el Madrid porque tiene más pegada y más carácter ganador. Los malaguistas lo vieron ganado antes de tiempo, cuando se pusieron en ventaja a 21 minutos del final y disponían de un jugador más, pero Higuaín, la casta blanca y el valor añadido del Bernabéu les condujeron a la derrota.


Más allá del agónico y meritorio triunfo, el duelo dejó patente que el sistema defensivo del Madrid es una calamidad y que Sergio Ramos vive sus peores momentos en Concha Espina. Está mermado física y anímicamente. Fue un coladero por su banda y además se expulsó con un pisotón alevoso e injustificable al portugués Eliseu.


Schuster sorprendió con su planteamiento. Lesionados Pepe, Robben y Van Nistelrooy, prescindió de Raúl, colocó de ariete a Higuaín y pobló el equipo con medios puntas como Sneijder y Van der Vaart. No le fue mal en este aspecto al teutón porque su delantero estuvo inmenso y siempre mantuvo vivo a su equipo. En el medio apostó por el fútbol de Gago en lugar de la brega de Diarra. Y, como era previsible, no castigó a Guti, su mejor pasador, por salir de juerga hasta bien entrada la madrugada horas después de pedir más compromiso al equipo.


Desajustes


El Málaga, que pocas veces dispondrá de otra oportunidad así para ganar en Chamartín, si es que algún día la tiene, salió crecido tras cuatro victorias consecutivas previas a sufrir el huracán azulgrana. Quería agravar la profunda herida blanca.


Demostró que conocía los desajustes tácticos del rival y sus problemas defensivos, ya que los laterales se encuentran desubicados y Cannavaro y Heinze están lentísimos. Más aún si tienen que abandonar su zona porque sus compañeros no presionan. Lo tenían muy fácil los de Tapia. En cuanto robaban, buscaban las bandas, sobre todo la defendida por un Ramos ansioso.


El primer tiempo fue tremendo, de ida y vuelta. Comenzó con un extraordinario gol de Eliseu. A lo Pelé, se fue por la línea de fondo con suma facilidad de Marcelo y Heinze y luego se aprovechó de que su pase atrás golpeó en el palo tras tocar Gago. Ese gol enrabietó a los locales, que en dos minutos empataron tras una jugada de raza. Justo antes del reparador descanso Iturralde no tuvo más remedio que expulsar a Ramos.


Schuster recompuso el equipo con Salgado en lugar de Sneijder. Pasaba a jugar un 4-4-1. Quería un partido mucho más pausado. Llegó el penalti claro de Gago, el gol de Apoño y la celebración anticipada de los andaluces. Ganaban, dominaban, tenían uno más, no quedaba mucho.... Pero se olvidaron de que, a la heroica, el Madrid es mortal. Era la noche de Higuaín y el 'Pipa' no estaba dispuesto a desaprovecharla. En un pispás, agarró un disparo soberbio y forzó un penalti discutible que congració a Iturralde con el Bernabéu. Lo falló pero se encontró con el rechace. Era su día. Una vez más, el Madrid remontó a la desesperada. Le vale para seguir agarrado a la Liga; pero para poco más. El funcionamiento del equipo sigue provocando muchas dudas entre la afición del Santiago Bernabéu.